Una vez lograda la inscripción de Edmundo González, el régimen ordenó a su TSJ que habilitara al partido PJ, que vegetaba en un limbo, y se lo entregara al alacrán José Brito. Sin demora el CNE lo incorporó como candidato al tarjetón electoral. Igualmente el partido Min Unidad, que no se le conoce dirigencia, el CNE dejó colocar la palabra unidad en mayúscula con el color azul de fondo. Es una trampa cazabobos, para confundir y quitarle votos a la tarjeta de la unidad opositora.
El alacranato está conformado por unos 10 partidos, supuestamente de oposición y repartidos visiblemente en el tarjetón. Esos partidos sin gente, en lugar de oponerse al candidato usurpador, se dedican a descalificar a Edmundo, y lo hacen de todas las manera posibles, como continuación del discurso chavista.
Otro detallito, en la AN írrita los alacranes acostumbran a votar como comparsas y trompos servidores del oficialismo. Son detalles, nada más. No son de oposición.
El CNE blindado se convierte en rebanadora sin fin, cortando votos en su contra.
La verdadera oposición está conectada con la gente y se encuentra comprometida con la idea del cambio político. El anhelo visible y la aspiración se orientan como río caudaloso hacia la alternabilidad, después de 25 años de tumbos, fracasos, miseria, hambre y muerte.
El desgaste y cansancio generado por el ecosistema criminal es enorme. Aún así, nada está seguro, el régimen cuenta con la estructura del Estado y recursos infinitos.
La oposición, sin plata pero con respaldo masivo, no le queda sino emplearse a fondo en la organización, organización y organización. No hay que dejar de exigir condiciones electorales.
Por cierto, el candidato Edmundo González cometió inesperadas pifias en una entrevista con Fernando del Rincón. Se refirió a María Corina Machado como una dirigente más de la Plataforma Unitaria y no como la líder de la oposición que es por expresión mayoritaria de la gente. Tampoco reconoció el fenómeno del “endoso de votos”, que es lo que lo llevará a ser presidente. Vamos a pensar que una mala tarde tiene cualquiera.
Retumba el grito de cambio por la desconfianza y la asfixia en que nos ha sumido el régimen forajido. Llegamos al límite de los niveles de tolerancia en un país que sobrevive en la incertidumbre.
La confianza la encarna María Corina y en un gesto de grandeza y de desprendimiento estratégico le está endosando sus votos a Edmundo. Estamos en el año definitorio para un cambio en el país, hay conciencia de que somos mayoría. Estamos ante un cierre de ciclo histórico.
Libertad para Javier Tarazona, los policías metropolitanos, los comandos de Vente, Rocío San Miguel, Dignora Hernández, Henry Alviarez, Carlos Julio Rojas y los hermanos Guevara! ¡No más prisioneros políticos, torturados, asesinados ni exiliados!