El desgarrador testimonio de una mujer que sobrevivió a un asesino serial de Hollywood: “Oré para morir”

El desgarrador testimonio de una mujer que sobrevivió a un asesino serial de Hollywood: “Oré para morir”

El documental revela cómo Morgan Rowan transformó su experiencia traumática en un faro de esperanza y fortaleza, inspirando a otras víctimas a encontrar su voz.

 

 

 





En un documental próximo a estrenarse que promete erizar la piel de los espectadores, Morgan Rowan relató su aterradora experiencia como una de las pocas sobrevivientes de Rodney Alcala, conocido como el “Asesino del Juego de Citas” por su aparición en el famoso programa televisivo en 1978. El criminal, quien ha sido vinculado con los asesinatos de más de 120 mujeres y niños, dejó un rastro de horror que ahora se expone al público estadounidense.

Kevin Moreno

Con apenas 16 años, Rowan experimentó una horrorosa noche en 1968 en la casa de Alcala en Hollywood, donde fue brutalmente agredida y violada antes de que intentara estrangularla hasta la muerte. Esta sobreviviente encontró la fuerza para escapar, marcando el principio de una larga sombra de terror que el delincuente proyectaría a lo largo de los años 70, siendo finalmente condenado por el asesinato de siete mujeres, cinco en California y dos en Nueva York.

El relato de Morgan inició con un vistazo a su infancia conservadora, trasladándose de Rochester a North Hollywood y cómo la fascinación de la adolescente por la ciudad y los reflectores la llevó directamente a los brazos del depredador. Su primer encuentro con Alcala, cuando solo tenía 13 años, acabó de la forma más trágica posible, tras un aparentemente inocente gesto de atención que casi le cuesta la vida.

Reflexionando sobre la noche que cambió su vida para siempre en agosto de 1968, Rowan detalló el momento en que se dio cuenta del peligro mortal en el que se encontraba: “Miré su transformación,” recordó la mujer. “Vi cómo su cara se volvía morada. Me golpeó entre mis ojos con la hebilla del cinturón. Vi estrellas fugaces, y caí de rodillas.” Esta declaración no solo ilumina la brutalidad física del ataque, sino también el impacto emocional y psicológico duradero que estas acciones tuvieron en ella.

“Quería que todo terminara”, expresó Rowan. “No estaba rezando para vivir. Oré por morir”, agregó la víctima, quien se vio extremadamente afectada por el horrible suceso.

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