Luego de una semana marcada por la tragedia y la incertidumbre climática, Estados Unidos se enfrenta a una serie de desafíos meteorológicos que mantienen en vilo a gran parte de su población. Con un saldo trágico de 5 personas fallecidas a causa de fuertes tornados y la continua amenaza de tormentas severas, el país se encuentra en alerta máxima mientras se prepara para enfrentar un escenario climático complejo.
Por El Diario NY
La página oficial del Servicio del Clima publicó un comunicado reciente, en donde advirtió sobre la posibilidad de tormentas severas con granizo de hasta 7 centímetros de diámetro, daños por viento y la formación de tornados en diversas áreas del país, especialmente en el centro y sur de las Llanuras para estos días.
La amenaza de tormentas severas, clasificada con un nivel 2 de 5 en la escala de severidad, se extiende desde el oeste de Texas hasta el sur de Nebraska, incluyendo importantes ciudades como Dallas, Fort Worth y Oklahoma City. Además, se ha emitido una alerta de nivel 1 de 5 para otras áreas, como el centro de Texas hasta el suroeste de Iowa, abarcando ciudades como Houston, San Antonio, Austin, Kansas City y Omaha.
La situación se complica aún más con la posibilidad de inundaciones, debido a la sobrecarga de agua en algunos suelos producto de las intensas precipitaciones de los últimos días. Con un nivel 2 de 4 en la amenaza de inundaciones, partes del centro y sur de las Llanuras se encuentran en riesgo, agregando una capa adicional de preocupación para las comunidades afectadas.
En el frente de las precipitaciones, se espera que continúen las lluvias intensas desde el sur de las Llanuras hasta los Grandes Lagos, con un enfoque particular en el noreste de Texas y el noroeste de Luisiana, donde se prevé una acumulación de hasta 120 milímetros de lluvia.
Sin embargo, hay una ligera esperanza de que la situación mejore gradualmente en los próximos días. Para el jueves, la amenaza de tormentas severas disminuirá a un nivel 1 de 5, abarcando desde el norte de Texas hasta el suroeste de Wisconsin. Aunque las precipitaciones intensas aún están pronosticadas, las principales amenazas se centran en granizo de gran tamaño y rachas de viento dañinas.
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