El pinchazo telefónico que develó a Los Gallegos, célula del Tren de Aragua y protagonistas de un inédito juicio en Chile

El pinchazo telefónico que develó a Los Gallegos, célula del Tren de Aragua y protagonistas de un inédito juicio en Chile

Agentes de la PDI recorren un asentamiento irregular en Cerro Chuño, en Arica (Chile).
Foto: PDI

 

Fue en de marzo de 2022 cuando la Fiscalía Regional de Arica, una ciudad en el extremo norte de Chile ubicada a unos 1.600 kilómetros de Santiago, se enteró que una organización criminal de origen venezolano, Los Gallegos, intentaba instalarse en Cerro Chuño, un sector de asentamientos precarios. Y la primera pista la arrojó una escucha telefónica a dos narcotraficantes chilenos que en su conversación mencionaron que en esa área había una casa de torturas. “Los huevones [hombres] tienen una huevada [un lugar] donde torturan a los locos [hombres] allá arriba”, dijo uno de los delincuentes. Y contó que a un tercero “lo amarraron, lo tiraron para arriba, le pegaron unos puntazos y le preguntaron mí”.

Por: El País





Con ese indicio la Fiscalía, que lidera el jefe regional de Arica Mario Carrera, y la Policía de Investigaciones (PDI), enviaron agentes encubiertos hasta Cerro Chuño, caracterizados como indigentes, en una sofisticada acción de una unidad contra el crimen organizado. En paralelo, interceptaron varios móviles, entre ellos el de un hombre de nacionalidad venezolana que entregó, sin saber que era escuchado, más información. Eso, hasta que su teléfono se desconectó. Luego, en un operativo bautizado como Tren del norte –el primero de los tres que se han emprendido en la zona– se encontró un cadáver enterrado en la casa de torturas que ya habían detectado en Cerro Chuño. El cuerpo correspondía, precisamente, al hombre cuya señal telefónica se perdió de un momento a otro: era uno de los integrantes de Los Gallegos, asesinado por su propia organización y con evidentes signos de tortura. Fue enterrado vivo.

Pero las conversaciones entre los delincuentes chilenos arrojaron otra pista, pues mencionaron un alias que entonces era escasamente conocido en Chile: el Niño Guerrero, el apodo de Héctor Guerrero Flores, el líder el Tren de Aragua, una organización criminal transnacional de origen venezolano, que opera, además de Chile, en Perú, Bolivia, Colombia, Brasil y Ecuador. Sus delitos coinciden con los de Los Gallegos: tráfico de drogas, armas y de personas migrantes, entre ellas, mujeres víctimas de explotación sexual, además de extorsiones.

El diálogo de los traficantes chilenos, en un desprolijo español, devela también que, ante la presencia de Los Gallegos en Arica estaban dispuestos a defender su territorio. “No estoy ni ahí con la huevá [situación]. Voy a hablar con el viejo para llamar para allá a Venezuela. Hay que ver qué pasa con ese huevón y el Niño Guerrero no más (…) Pero ahora yo voy dispuesto a toda la huevá”, dice uno de los traficantes. Y agrega: “Yo no estoy ni ahí, a mi me da la misma huevada ya, si a las finales yo soy chileno (…) Aparte, yo tengo gente”. También, la misma voz da cuenta que, con el asentamiento de la la banda en la zona “viene la cagada [porque] esos huevones van a empezar a secuestrar a empresarios, a todos huevón. Por eso, hay que cortarlos de raíz. La única huevada que digo es que Dios nos ayude no más”.

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