Odiado por su familia y con un sueldo de 40 dólares: así murió Bernie Madoff, el mayor estafador de la historia

Odiado por su familia y con un sueldo de 40 dólares: así murió Bernie Madoff, el mayor estafador de la historia

El empresario Bernie Madoff, el mayor estafador en la historia de Estados Unidos. (Foto: AFP)

 

Se cumplen tres años de la muerte de Bernie Madoff, el estafador más grande de la historia. El hombre de Estados Unidos mantuvo una estafa millonaria durante más de 15 años, que le costó mucho dinero a personalidades como la estrella de Hollywood Kevin Bacon, hasta que toda su mentira se derrumbó. Pasó sus últimos años en la cárcel, odiado por su familia y trabajando por 40 dólares al mes. Detrás de las rejas se enteró de la muerte de sus dos hijos: uno de ellos se suicidó a causa del fraude de su padre.

Por TN 





Con sus ahorros como guardavidas y un préstamo que le dio su suegro, Bernard Lawrence “Bernie” Madoff, nacido el 29 de abril de 1938 en Nueva York, fundó en 1960 su firma. No fue hasta tres décadas después que comenzó la estafa, luego de que algunas inversiones no le resultaran como tenía pensado tras el desplome financiero de 1987, conocido como Black Monday (Lunes Negro). Aunque inició el fraude como algo temporal, no pudo salir a tiempo y lo mantuvo hasta que fue demasiado tarde.

Cómo fue la estafa millonaria que Bernie Madoff mantuvo durante 16 años

Lo que Bernie Madoff implementó en la década de 1990 no fue ni más ni menos que un esquema Ponzi: prometía rendimientos atractivos para que millonarios le dieran su dinero para invertir. Luego, les entregaba las ganancias, que provenían del ingreso de nuevos inversores. Para que el negocio funcionara, necesitaba que cada vez más personas se sumaran al sistema. Además, era imprescindible que no todos quisieran retirar su dinero al mismo tiempo, ya que no había suficiente para eso.

Esas dos condiciones se cumplieron durante 16 años, en los que el fraude se mantuvo en pie. No obstante, el colapso de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos en 2006 desencadenó en la crisis financiera de 2007-2008. De esa manera, no solo dejaron entrar nuevos inversores, sino que aquellos que ya estaban dentro de Ponzi quisieron sacar todos sus fondos para recuperar parte de las pérdidas que habían sufrido en ese contexto de crisis económica. Fue entonces que la estafa fue insostenible y salió a la luz.

Sus hijos, Mark y Andrew, fueron quienes lo entregaron ante la Justicia el 11 de diciembre de 2008, para luego nunca más dirigirle la palabra. Dos días antes, su padre les había revelado la verdad respecto de la estafa piramidal que había comenzado en 1992 y que acababa de dejarlo con una deuda de 65 millones de dólares. “He dejado un legado de vergüenza a mi familia y a mis nietos. Es algo con lo que cargaré el resto de mi vida. Y lo siento”, declaró ante el Tribunal Federal de Manhattan, en Estados Unidos.

Intento de suicidio, años en la cárcel y la muerte de sus hijos

Antes de entrar a la cárcel para cumplir la pena de 150 años, tuvo 14 meses de arresto domiciliario en su lujoso penthouse en Nueva York. Allí llegó a planear cómo suicidarse junto a su esposa, Ruth, a quien sus hijos tampoco le hablaban. Aunque ella nunca supo del esquema Ponzi, era accionista en la empresa de su marido y tenía una oficina en su edificio. Para todos, ella también era culpable. Su esposo incluso había estafado a varios de sus amigos.

“No sé de quién fue la idea, pero los dos estábamos muy tristes por todo lo que había sucedido. Fue horrible y pensé: ‘No puedo soportar esto, no sé cómo voy a superar esto, ni siquiera sé si quiero intentarlo’. Entonces decidimos hacerlo. Los dos estábamos de acuerdo. No recuerdo demasiado lo que hablamos. Calculamos cuántas pastillas tomar y creo que ambos nos sentimos aliviados de dejar este lugar, fue muy impulsivo. Queríamos acabar con todo”, recordó ella en una entrevista en 2011.

Quien sí se quitó la vida fue su hijo Mark: se ahorcó a sus 46 años con la correa de su perro el 11 de diciembre de 2010, en el segundo aniversario del arresto de su padre. Ruth no pudo entrar al funeral porque su nuera no se lo permitió. Tampoco la dejaba ver a sus nietos. Fue entonces que dejó de visitar a su marido en la cárcel. Poco después, logró reconstruir su relación con su otro hijo, Andrew, con quien se fue a vivir a Old Greenwich, Connecticut. En septiembre de 2014, Andrew, que había publicado el libro “Verdad y Consecuencias: La vida dentro de la familia Madoff”, murió a causa de un linfoma y Ruth quedó sola.

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