Las imágenes de la ceremonia de homenaje de memoria al rey Constantino de Grecia, exilado en Londres y primo de la familia real británica, mostraron hasta donde hoy la Casa de Windsor es un páramo sin conductor concreto.
Por: Clarín
Con reyes europeos presentes y toda la familia real griega en despliegue en la iglesia de St George de Windsor, el rey Carlos partió minutos antes hacia Clarence House. Su tratamiento por el cáncer y la inmunidad que le produce no le permite socializar.
El príncipe Wiliam, su hijo y heredero al trono, dejó al mundo interrogándose cuando 45 minutos antes llamó a la familia real griega para informarles que, por un “asunto personal”, no podía asistir al homenaje a su querido padrino, el rey griego. La lectura que le correspondería sería leída por Pavlos, el heredero al trono de Grecia.
Nunca se informaron las razones de esa ausencia del heredero al trono británico y príncipe de Gales. Aunque el palacio insistió que Kate, la futura reina que recientemente se sometió a una cirugía abdominal cuyos otros datos se desconocen, “esta bien”.
El silencio real solo deja pensar que Kate está mucho más enferma de lo que los comunicados oficiales informan y que el cáncer del rey es delicado. Pero no hay información oficial sino docenas de delicadas versiones.
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