El dictador norcoreano Kim Jong-un no cesa en sus amenazas contra Occidente y su vecino en el sur. Durante una visita al Ministerio de Defensa, Kim insistió en la importancia de cortar cuanto antes las relaciones con Seúl y hasta de asumir una postura más agresiva que “garantice la legalidad de atacar y destruir (a Corea del Sur) cuando sea provocado”.
Por: Infobae
La rivalidad entre los países data de hace décadas y, a pesar de pequeños avances que se fueron logrando a través de los años, en el último tiempo las amenazas y roces se intensificaron. Inclusive, semanas atrás, el propio líder norcoreano ordenó a su Parlamento abandonar por completo el objetivo de la unificación y, por el contrario, los instó a reescribir la Constitución para declarar a Seúl su adversario extranjero más hostil.
A continuación, Pyongyang avanzó con el cierre de departamentos de gobierno encargados de manejar asuntos con el Ejecutivo surcoreano, el derribo de un importante monumento de unificación y la abolición de leyes que regían proyectos económicos en común.
Estas medidas, según analistas, sumadas al fortalecimiento armamentístico y nuclear del norte tienen por fin último reducir la voz de Seúl y obligar a Estados Unidos a sentarse en la mesa de negociaciones por una posible amenaza de armas atómicas. Inclusive, expertos han señalado que Kim busca que Washington lo reconozca como una potencia nuclear y encarar desde esa posición nuevas concesiones de seguridad y economía.
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