La idea del gobernador de Texas de transportar migrantes a las llamadas ciudades santuario, derivó en una nueva disputa legal en la que el alcalde de Nueva York, Eric Adams, presentó una demanda contra 17 empresas de autobuses por su participación en el traslado de unas 30.000 personas; ante este proceso judicial, Greg Abbot aseguró que los señalamientos “carecen de fundamento y merecen ser sancionados”.
Por La Nación
La demanda, presentada en la Corte Suprema del estado en Manhattan el jueves pasado, busca que un juez ordene el pago de al menos US$708 millones de las compañías de transporte a la ciudad de Nueva York por estimar en esa cantidad el costo aproximado de albergar y cuidar a decenas de miles de personas que han sido enviadas allí desde la primavera de 2022.
“Es evidente que el alcalde Adams no sabe nada sobre la Cláusula de Comercio de la Constitución de Estados Unidos, ni sobre el derecho constitucional de viajar reconocido por la Corte Suprema de los Estados Unidos”, declaró Abbott a través de un breve comunicado donde también aseguró que “cada migrante fue transportado a la ciudad de Nueva York voluntariamente, después de haber sido autorizado por la administración Biden para quedarse en Estados Unidos”.
Para el gobernador texano, las personas que ya se encuentran en EE.UU. tienen la capacidad constitucional para viajar a lo largo del país, y con su resistencia Eric Adams podría interferir con eso. “Si el alcalde persiste en esta demanda, podría ser legalmente responsable por sus violaciones”, afirmó en su mensaje.
Los planes de Abbott para transportar en autobús o avión a solicitantes de asilo desde la frontera sur a otros estados, forman parte de una protesta contra las políticas de inmigración del gobierno federal, pero sus esfuerzos apuntan principalmente hacia las grandes ciudades gobernadas por alcaldes demócratas como Nueva York, Chicago, Denver y Washington.
En las últimas semanas, Chicago y Nueva York han limitado la cantidad de autobuses de migrantes habilitada para llegar cada día y han restringido los horarios en los que pueden dejar a los pasajeros. En respuesta, Texas ha mandado a más solicitantes de asilo por avión o autobús a los suburbios cercanos para después ponerlos en trenes con destino a las ciudades.
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