Egildo Luján: Los tres mosqueteros decían “Uno contra todos” y no “Todos contra una”

Egildo Luján: Los tres mosqueteros decían “Uno contra todos” y no “Todos contra una”

¿Qué parte de lo que implica ganar una contienda electoral en esta Venezuela, no entienden los “CANDIDATOS Y/O DIRIGENTES DE LOS PARTIDOS DE OPOSICIÓN” en quienes hoy se depositan esperanzas?

Por lo visto, nadie lo sabe. Lo que sí entiende la población perfectamente desde hace más de 23 años, es que los venezolanos le vienen haciendo oposición a un régimen seguidor y obediente a un sistema gubernamental cubano, cuya distinción es conocida por ser: corrupto, teñido de una doctrina comunista, con variantes muy peculiares de “capitalismo de Estado y de MALAS MAÑAS”, con base en lo cual funciona como un gobierno tiránico piramidal.

Se trata del mismo régimen que fue presidido inicialmente por el dictador Fidel Castro Ruz desde el año 1959. Que fue gobernando por decreto hasta el año 2006, cuando el control y el mando absoluto le fue cedido a su hermano Raúl Castro Ruz, y este, a su vez, le fue endosado a Miguel Díaz-Canel en el año 2019. Es decir, a quien, a partir de entonces, preside hoy dicho régimen cubano, para cumplir, en conjunto, 64 años en el poder. Y, con lo cual, se anula la vigencia histórica del país que, anteriormente, gozó del mejor nivel de vida de América Latina, hasta ser destruido totalmente, y pasar a ser convertido en lo que hoy le “distingue:” un pueblo sumido en la ruina total.





El régimen venezolano, por su parte, que hoy es calcado o escaneado para estar más actualizado en lo que traduce el hecho de ser otra caricatura del régimen cubano, pareciera ser invisible para los responsables de haber conducido la oposición (HASTA AHORA) en Venezuela, sin querer aceptar o entender lo que traduce la máxima latina de Julio César del Imperio Romano: “_DIVIDE ET IMPERA_”, es decir, “divide y reinarás”. Mejor dicho, lo que traduce fielmente el viejo, pero muy acertado adagio, y que ha sido la constante del régimen venezolano para minimizar la oposición en tantas oportunidades que se han presentado para lograr un cambio en la conducción del país.

Con semejante realidad ya vivida desde hace un cuarto de siglo, la historia criolla de lo que traduce tal hecho, lo describe fielmente así: adicional y muy lamentablemente, las conveniencias e intereses personales antepuestos a los de la nación, han dado al traste con las posibilidades de éxito tenidas para lograr el cambio que ha necesitado Venezuela.

Actualmente, los candidatos de la oposición se encuentran inmersos en un nuevo proceso electoral. Se lo han planteado iniciando una serie de motivaciones con base en unas elecciones PRIMARIAS el 22 de octubre. Según dicha posibilidad, el llamado Soberano escogería su candidato, quien, SEGÚN LO ACORDADO, sería el candidato opositor al del régimen en las venideras elecciones presidenciales en el año 2024. Desde luego, ante el hecho de marras, emerge una interrogante del máximo interés que plantea lo siguiente: ¿Es que, acaso, no es el SOBERANO el que tiene el legítimo derecho de escoger? ¿Cómo, o quién le transfirió ese derecho a la exigua Mesa de la Unidad?

Ante la aparición del inicio de las denominadas primarias, la candidata María Corina Machado, con bandera de “independiente liberal” y sin partido político como tal, se desprendió en una campaña electoral como muy aventajada e inalcanzable puntera en todas las encuestas. Al menos, es lo que lo han hecho saber, según sus referencias, las firmas Meganálisis y Datanálisis. Es una cuantificación y calificación que, a decir de los números expuestos, y sumados los pronósticos de todos los candidatos opositores contra el de ella, la candidata Machado aún resultaría ganadora y, adicionalmente, luego, en las presidenciales, sería indefectiblemente, la segura ganadora contra el exiguo porcentaje del régimen.

Ahora, ¿qué es lo que se pretende políticamente hablando, al romper la unidad? ¿Sería cohabitar con el régimen, recibiendo beneficios, o recuperar el país?. Lo cierto es que, a la fecha, NINGÚN candidato del régimen, según registran en sus resultados las encuestas que se han celebrado hasta el momento, obtendría más de un 12% de los votantes, y sería un seguro perdedor por abrumadora mayoría. ¿Será, entonces, que es difícil entender que ES INDISPENSABLE PERMANECER UNIDOS CON UNA SOLA OPCIÓN, PARA LAS PRESIDENCIALES?

Los integrantes de la llamada ¿MESA DE LA UNIDAD?, sorpresivamente, aprobaron reglamentar una sucesión de candidaturas. Lo hicieron ACEPTANDO las cuestionadas inhabilitaciones y contradiciendo lo decidido por la Comisión Electoral de las Primarias electa por ellos mismos, para regir el proceso y quienes no aceptaron las absurdas e ilegales inhabilitaciones, pero sí permitirían incluir todos los candidatos inhabilitados o no. Ahora, ¿con qué autoridad y en representación de quién, la llamada “Mesa de la Unidad” toma esa decisión promoviendo lo contrario?

Por otra parte, el candidato Manuel Rosales, quien se negó a competir astutamente para no ser seguro perdedor en las primarias -y poder inscribirse en las presidenciales- y Henrique Capriles, quien sí competirá en las primarias, aun como ¿inhabilitado? ¿Qué traduce todo eso? Ambos políticos ¿pretenden, acaso, formular un pacto de mutuo apoyo? Capriles, al figurar como inhabilitado, desde luego, no tendría opción electoral. Porque el evidente candidato a las presidenciales, entre ellos dos, y según el pacto, sería Manuel Rosales. Sí. Quien competiría en las presidenciales con el candidato que resultare ganador(a) en las primarias y con muchos otros ¿SUPUESTOS? candidatos de oposición, quiénes competirían contra el candidato único del régimen. En este tipo de escenario y al atomizar o dividir a ese extremo los votos de la oposición, posiblemente, podría resultar perdedora.

Lo cierto es que, entre tanta concepción interpretativa de lo electoral, y a propósito de ese posible resultado, es oportuno recordar una máxima “dominocera” de larga trayectoria y, por lo demás, ampliamente conocida entre los grupos partidistas venezolanos: “PARTIDA ASEGURADA NO SE TRANCA”