Las bombas de racimo causaron más de 900 víctimas en Ucrania el año pasado, según un informe publicado el martes por un grupo de oenegés.
En 2022, la mayoría de las 1.172 víctimas de estas armas en el mundo se encontraron en Ucrania, según el informe de la Coalición contra las Bombas de Racimo.
Sólo en Ucrania, los atentados con este tipo de armas mataron e hirieron al menos a 890 personas en 2022, la gran mayoría civiles, y 26 murieron o resultaron heridas por residuos de estas armas.
Según el documento, Rusia ha utilizado “ampliamente” este tipo de armas en Ucrania desde su invasión lanzada en febrero de 2022. Ucrania también las ha empleado pero “en menor medida”.
Las municiones de racimo son armas que liberan o dispersan submuniciones concebidas para detonar antes, durante o después del impacto. Dependiendo del tipo de arma utilizada, el número de submuniciones oscila entre unas pocas decenas y más de 600.
A nivel mundial se contabilizaron el año pasado 1.172 víctimas de bombas de racimo en ocho países: Azerbaiyán, Irak, Laos, Líbano, Birmania, Siria, Ucrania y Yemen. Se trata de una cifra récord desde 2010.
Según el informe, los civiles representan el 95% de las víctimas en todo el mundo.
Un total de 112 países han ratificado la convención de 2008 que prohíbe la producción y el uso de bombas de racimo, y 12 la han firmado.
En julio, Estados Unidos –que no ha ratificado ni firmado el tratado– entregó bombas de racimo a Ucrania.
“Las nuevas transferencias y el uso de bombas de racimo son muy preocupantes (…) El mundo no puede permitirse una respuesta cautelosa o complaciente”, señaló en el comunicado Mary Wareham, una de las autoras del informe y directora de defensa de armas. de Human Rights Watch.
AFP