Amenazas, robos y extorsiones: bandas delictivas y guerrilleros aterrorizan a productores en los llanos venezolanos

Agricultores abandonan el campo ante amenazas y extorsiones de grupos delictivos

 

 

 





Las capacidades productivas de Guárico, entidad que en otrora encabezaba la producción en algunos rubros, se han visto mermadas en los últimos años por varios factores. Destacan la escasez de combustible, los altos costos de materias primas, la ausencia de políticas públicas, las pésimas condiciones de la vialidad rural y la falta de financiamiento.

Corresponsalía lapatilla.com

Diariamente son muchas las dificultades de pequeños, medianos y grandes productores para lograr sacar sus cosechas. Una de estas es la inseguridad y la presencia de grupos armados en las principales zonas industriales guariqueñas.

Basta con observar la situación que se presenta actualmente en Calabozo, municipio Francisco de Miranda, donde cerca de 33.000 hectáreas de arroz se ven comprometidas por la escasez de gasoil, vital para las maquinarias empleadas por los campesinos.

“A la crisis generalizada, producto de las malas políticas públicas implementadas por el gobierno regional y nacional, así como el robo continuo al erario y riqueza pública, se suma también la escasez de combustible, tanto gasoil como gasolina, que utilizan las maquinarias y transportes para la recolección de la cosecha ciclo norte-verano 2022/2023 en el Sistema de Riego Río Guárico. El llamado es para los que están en las sillas del poder de diseñar un plan de acción y protección a la cosecha de este ciclo y futura siembra de mayor envergadura en nuestro país”, precisó Juan Toledo, campesino y presidente del Comité de Defensa de los Intereses de los Productores Agropecuarios de Calabozo.

Asimismo, aseguró que las instituciones responsables de las áreas productivas de Venezuela, deben generar nuevas propuestas que busquen solucionar la grave crisis que afecta al sector agrícola.

“El Gobierno debe aplicar respeto y cumplimiento del artículo 305 de nuestra Constitución Nacional, que establece su deber de garantizar la soberanía agroalimentaria en nuestro país. Estamos comprometidos con aportar nuestro esfuerzo con responsabilidad nacionalista, de que hemos producido continuamente durante décadas la comida de los venezolanos, aun con todas las adversidades”, explicó Toledo.

Agricultura fracasada

Por su parte, Junior Martínez, presidente de la Federación Venezolana de Cámaras de Comercio y Producción (Fedecámaras), seccional Guárico, mencionó que en la entidad hay una “agricultura fracasada desde todo punto de vista”, además de la desmotivación en los trabajadores del campo.

Dijo que la ausencia de acuerdos entre el Gobierno y los productores en cuanto a los precios de los rubros, genera también molestia en el sector, en especial en los que cosechan maíz en Valle de la Pascua.

“El año pasado se habló de aumento de precios para el maíz, campañas económicas y nada de eso se cumplió. El precio de compra a productores es muy bajo”, resaltó el gremialista.

El Tren del Llano es una megabanda que opera en Guárico, pero que ha extendido sus acciones a otros estados

 

 

 

 

 

Del mismo modo, notificó que la crisis económica que golpea al país desde hace más de 20 años ha incidido en pequeñas unidades productivas, a tal punto de que el nivel empresarial que presenta Guárico en este apartado es negativo.

“La materia prima es muy costosa, esto abarca desde el abono hasta la semilla, además del proceso de mecanización. La vialidad rural es intransitable y no existen garantías de un nuevo precio para el maíz. Por ende, es difícil que el oriente de Guárico se sume a la siembra de manera industrial y empresarial. Todavía existen personas que producen en pequeñas cantidades, básicamente para su sustento o para alimentar al ganado, pero no a nivel empresarial e industrial”, recalcó Martínez.

Pocas expectativas

Para Rafael Meza, miembro de la Asociación de Productores Agropecuarios en Guárico (Aprolegua), las intenciones de siembra, en este caso del maíz en la zona nororiental de la entidad, rondan las 200.000 hectáreas, de acuerdo a lo establecido por distintas asociaciones de productores. Sin embargo, la realidad está lejos de que se logre cumplir esa cifra.

“La concreción de lo que se tiene, calculamos que lo más que se pueda sembrar sean unas 80.000 hectáreas, porque son los insumos que hasta la fecha tienen los productores de las asociaciones. Del arroz, los números están iguales. Se puede hablar de unas 14.000 hectáreas que se puedan llegar a sembrar”, apuntó.

Meza reconoció que otro de los grandes problemas que afecta a los trabajadores de campo es la falta de insumos de calidad, ya que muchas semillas y agroquímicos no están arribando con la misma calidad que en años anteriores.

“Hay un problema gravísimo de semillas que no están evaluadas y no se sabe que sea semilla híbrida. Los agroquímicos han causado en algunos casos quema de cultivos, su calidad es de dudosa procedencia y todo eso es causal de la baja producción”, destacó.

El hampa en los llanos venezolanos

En materia de seguridad, los productores del campo no han parado de recibir amenazas y extorsiones, y son muchos los que han preferido vender sus tierras y mudarse a otras entidades antes que arriesgar su vida y la de sus seres queridos.

El directivo de Aprolegua precisó que la megabanda Tren del Llano opera principalmente en la región nororiental de Guárico, pero sus células se mueven libremente por varios municipios, causando terror a los habitantes. También denunció la presencia de guerrilleros en el sur del estado.

“Los delincuentes se mueven libremente en las sabanas y en las montañas. Mientras no haya un control y persecución hacia esas bandas, las vamos a seguir teniendo. Se comunican desde cárceles, incluso, hay quienes no están en el país. Hay gente que se ha tenido que ir de sus fincas, vendiéndolas a ‘precios de gallina flaca’ y vienen otros que sí están dispuestos a pagar vacunas. Son detalles que hacen que la producción vaya hacia abajo”, puntualizó.

En relación a los casos de abigeato, Carlos Arana, ganadero y vocero de la Asociación de Ganaderos de Guárico, resaltó que en el año 2022 los casos no cesaron, y fueron al menos 120.000 las reses hurtadas por la delincuencia. Cerca del 10 % de la producción ganadera del país es víctima de este flagelo, según datos de Fedenaga.

“Hemos contado con apoyo de las autoridades, pero vemos que está siendo insuficiente, porque los números (de delitos) se han mantenido”, señala Arana.

Sin producción agropecuaria no existe la soberanía alimentaria que tanto pregona el chavismo, cuyas promesas han quedado en el aire. Los productores de Guárico, ante la ausencia de políticas públicas que favorezcan sus actividades, se las han ingeniado para sobrellevar los altos niveles de improductividad que azota al campo venezolano.