El primer año de guerra en Ucrania dejó ocho periodistas muertos, 26 casos de profesionales deliberadamente atacados mientras cubrían el conflicto y unos 217 medios ucranianos cerrados, entre otros perjuicios para la libertad de información, según un balance detallado este lunes por Reporteros Sin Fronteras (RSF).
A punto de cumplirse el primer aniversario de la invasión rusa, ocurrida el 24 de febrero de 2022, RSF indicó en un comunicado que un total de 12.000 reporteros locales y extranjeros fueron acreditados para cubrir la guerra en los últimos doce meses.
Esos trabajadores de los medios estuvieron “expuestos a bombardeos frecuentes y, a menudo, fueron deliberadamente atacados por las fuerzas rusas”.
“Aunque la situación es particularmente alarmante para los periodistas en las zonas ocupadas, todos los medios ucranianos se han visto duramente afectados por la guerra y sus repercusiones”, señaló la organización no gubernamental con sede en París.
Las cifras más preocupantes de violencia contra los periodistas, recogidas por RSF y por el ucraniano Instituto de Información de Masas, son los ocho periodistas que murieron en la guerra durante los seis primeros meses.
Entre ellos figuran el francés Frédéric Leclerc-Imhoff, muerto por un proyectil de artillería ruso que impactó junto al vehículo ucraniano en el que viajaba, o el fotógrafo ucraniano Maks Levin, que fue “ejecutado a sangre fría”. Otras muertes, como la del documentalista lituano Mantas Kvedaravicius, aún están por esclarecer.
RSF resaltó también que, de un total de 50 casos en los que hubo periodistas en medio de ataques con armas de fuego, al menos en 26 fueron blanco deliberadamente por su trabajo.
La cifra de periodistas heridos fue de 19, cuatro de ellos con lesiones graves, y en la mayor parte de los casos “fueron víctimas de la artillería rusa o de ataques con misiles, pero algunos recibieron heridas de bala”.
Como consecuencia de los ataques, RSF ha presentado ante la Fiscalía ucraniana y ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya siete denuncias por crímenes de guerra por un total de “44 actos de violencia y abusos” que involucran a algo más de centenar de periodistas.
También las infraestructuras mediáticas sufrieron graves daños. Al menos 16 torres de televisión fueron blanco de ataques, dentro de un marco que en que las instalaciones usadas para transmitir información a la población civil han sido una de las “dianas favoritas de las fuerzas rusas”.
Repetidores, antenas y otros tipos de infraestructuras de comunicación se vieron también frecuentemente afectadas y un total de 217 medios ucranianos tuvieron que cerrar por diferentes problemas relacionados con la guerra, desde falta de recursos materiales y humanos hasta la destrucción de sus sedes.
“De acuerdo a una encuesta del IMI, socio local de RSF, el 15 % de los trabajadores de los medios han sido despedidos o están trabajando sin paga”, detalla el informe.
En este contexto, la organización de lucha por la libertad de prensa destacó también haber puesto en marcha recursos extraordinarios para apoyar a los profesionales de los medios.
Por ejemplo, unos 750 reporteros recibieron equipos de protección, 91 medios recibieron fuentes de energía suplementarias y 28 recibieron ayuda financiera para continuar su actividad.
EFE