Los especialistas de Cites Ineco precisaron que para los pacientes que no responden a las terapias farmacológicas existen tratamientos innovadores. Una guía para saber cómo actuar ante una crisis epiléptica.
Por infobae.com
El Día Internacional de la Epilepsia, se conmemora cada segundo lunes de febrero, es una oportunidad para concientizar sobre esta condición médica que afecta a aproximadamente 50 millones de personas de todas las edades y sexos, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Es la patología neurológica más frecuente en niños y la segunda más frecuente en adultos, luego del accidente cerebrovascular. Los expertos indican que si bien puede comenzar en cualquier momento de la vida, los dos picos de incidencia son en menores de un año y en personas mayores de sesenta, siendo al menos seis veces más frecuente que comience en la etapa adulta.
En otros casos, la persona se desconecta de su alrededor por pequeños períodos de tiempo y mantiene su mirada en un punto fijo, pudiendo presentar movimientos con la boca, las manos o posturas atípicas, percibir sonidos o imágenes inexistentes. Incluso, muchas personas pueden no ser conscientes de que están transitando una crisis, mientras que otras pueden explicar detalladamente lo que está sucediendo.
“Desde el punto de vista del tratamiento de las epilepsias, el 64% de quienes la padecen responde adecuadamente al tratamiento farmacológico”, aseguró el Dr. Alfredo Thomson, jefe de Neurología y Epilepsia de Cites Ineco y director del Instituto de Neurociencias de Fundación Favaloro.
“Existe un 36% de los casos en los que no lo hacen; este cuadro se denomina epilepsia resistente al tratamiento farmacológico (antiguamente, se lo conocía como epilepsia refractaria”, agregó.
En estos últimos años, se introdujo un tratamiento novedoso desde el punto de vista quirúrgico denominado “estimulación cerebral profunda”, para aquellos pacientes que no sean buenos candidatos para una cirugía curativa de la epilepsia.
Frente a este tipo de enfermedades, como ante tantas otras, el acompañamiento resulta esencial. Por ese motivo, es necesario entender de qué se trata para poder estar alertas y contribuir para que quienes la sufren puedan tener una mejor calidad de vida.
“Desde el año 2021, INECO y la Universidad Favaloro realizan Cursos de Cuidados Básicos en Crisis Epilépticas de tres semanas de duración, gratuitos y dirigidos a la comunidad con el fin de disminuir el estigma y promover la información y el conocimiento relacionado a la epilepsia”, contó el doctor Alejandro Thomson, neuro?logo de la Cli?nica de Epilepsia de Cites Ineco y de Fundación Favaloro.
Además, en Cites Ineco se realizan actividades grupales vinculadas a la neuropsicología, terapia ocupacional, fonoaudiología y terapias basadas en las artes en el marco de la “Clínica de Epilepsia”.
“Estas actividades son fundamentales dado que hasta un 35-50% de las personas que padecen epilepsia pueden tener algún grado de dificultad para prestar atención, concentrarse o manifestar alteraciones anímicas, relacionadas a la epilepsia. Por lo tanto, el tratamiento debe ser integral e interdisciplinario”, expuso el profesional.
¿Qué hacer ante una crisis epiléptica?
La recomendación de los especialistas al presenciar una crisis epiléptica es, en primer lugar, mantener la serenidad y alejar todo objeto que pueda lastimar al paciente, colocar algo blando debajo de su cabeza, aflojar su ropa para que pueda respirar libremente y poner a la persona de costado para evitar que se ahogue.
En caso que la crisis dure cinco minutos o más, se debe llamar a emergencias para que pueda ser atendida por un profesional. Sin embargo, es importante aclarar que en niños de hasta 12 años las crisis pueden durar hasta 10 minutos y luego autolimitarse.
Asimismo, se sugiere evitar sujetar a la persona, sujetarle la lengua, darle bebidas (especialmente alcohol), introducir alimentos, echarle agua en la cara y/o maltratarlo.
Por estos motivos, el Día Internacional de la Epilepsia es ideal para reafirmar una vez más la importancia de conocer sobre esta condición, entender con qué herramientas contamos para actuar adecuadamente ante una crisis de ese tipo y acompañar a quienes la padecen para continuar trabajando en busca de disminuir la estigmatización y discriminación para lograr el acceso pleno a la educación y el trabajo.