Desde el 20 de diciembre de 1989, con la llamada “Operación Justa Causa” -más allá que desde entonces, sus gobernantes hayan sido demócratas o republicanos- el “Tío Sam” no ha vuelto a ejecutar, en el ámbito interamericano, ninguna otra acción similar para salvaguardar la seguridad, la democracia, la libertad de nación amiga, pero además, para resguardar la integridad física de los propios residentes en EE. UU..
Lo enfatizamos, ahora, con motivo de la llamada “estrategia para reducir el flujo, récord, de migrantes venezolanos hacia la frontera sur de Estados Unidos”, acordada entre las autoridades de este último y sus contrapartes mexicanas.
Aunque no haya sido reconocido, públicamente, todo indica que el detonante de tal reacción ha sido la supuesta infiltración, por parte del narcogobierno de Venezuela, de criminales atroces en las caravanas de venezolanos que han marchado desde Tapachula, México hasta Estados Unidos en búsqueda de refugio. En tal sentido, existiría un supuesto informe de inteligencia del Departament of Homeland Security, DHS, remitido a su Patrulla Fronteriza, en el que se afirma que tales criminales, habrían sido liberados, sin apego al debido proceso, por órdenes directas de Nicolás Maduro, con el propósito, que una vez en territorio de EE. UU., atenten contra la seguridad interna de la nación huésped.
El informe en cuestión, desacertado o ajustado a la realidad, fantasioso o comedido, divulgado por primera vez, por “Breitbart News Network”, fue reproducido por decenas de medios de comunicación de varios países. En este mismo espacio, lo comentamos dos semanas atrás. 13 integrantes del Congreso de EE. UU. preocupados por su contenido se dirigieron al DHS, al que exigieron respuestas concretas, en salvaguarda de la integridad física de sus electores. Lo peor siempre está latente por las comanditas de Maduro con el narcoterrorismo del ELN, con el narcofundamentalismo musulmán y con la escoria internacional más crápula.
A nosotros, no nos sorprendería. La sargentona que se autoproclama como “la mejor Ministro en la Historia Penitenciaria de Venezuela” se ha jactado de hacerse acompañar en su violencia barriobajera, por delincuentes peligrosos, excarcelados, a su aire, por la propia “dama”. En cuanto al referido Maduro, si sus mentores castrocubanos, infiltraron delincuentes, con motivo del izaje del “Mariel” en la década del 80, no nos extrañaría que quien los remeda, de la manera más servil, intente lo mismo en pleno Siglo XXI. Por otra parte, integrantes de las misiones exteriores de, Venezuela y Rusia, acreditadas ante Colombia, fueron descubiertos, in fraganti, haciendo retiros de cajeros electrónicos bancarios, para entregarles dinero contante y sonante, a los manifestantes más violentos de las protestas, del 2021, en varias ciudades colombianas. La programación por exportar el terrorismo, la portan en sus ADN los desgobernantes gamberros.
La “nueva estrategia migratoria” referida al comienzo, es comprensible hasta cierto punto. Lo que no es óbice para que equivalga a un castigo colectivo contra todos los venezolanos, violatorio de los DD. HH. de estos últimos. A nadie puede sancionársele por lo que es -blanco, negro, gordo, flaco o venezolano- sino por sus acciones individuales. El programa “humanitario” para incentivar la inmigración “legal” de 24.000 de nuestros compatriotas, aparejado a tal “estrategia” tampoco es un paliativo proporcional a la hecatombe desatada por el gobierno usurpador de Venezuela.
Además, en lo que se refiere a la seguridad interna de EE. UU., además de discriminatoria, nos hallamos ante una medida inefectiva y engañosa, porque está demostrado que los probables atentados del narcoterrorismo, con epicentro en Caracas, no se detienen, con inclusiones en los listados de la OFAC, ni con sanciones o embargos económicos, recompensas por la captura de narcocriminales, ni con muros fronterizos. Sean de concreto armado o meramente, burocráticos. Una gangrena no se cura con aspirina: requiere, de la dolorosa amputación. Si no puede contrabandear terroristas a territorio considerado enemigo, la tiranía entronizada en Caracas, exportará, cocaína, fentanilo, armas de destrucción masiva, corrupción, dinero sucio. Ya lo ha hecho como consta de la acusación 1-2022cr00205 ante una Corte Federal de Nueva York, contra Maduro, Cabello, Padrino, El Aissami y un grupo de generalotes compinches. Y lo seguirán haciendo.
Las medias tintas, no son disuasivas en el combate contra las bandas internacionales del crimen organizado. Muy por el contrario, las envalentona.
Al toro hay que agarrarlo por las astas y nadie ayuda a los venezolanos, con voluntad de hacerlo.
@omarestacio