Julio Borges: La meta del proceso interno de PJ es recuperar el significado de la política para la gente

Julio Borges: La meta del proceso interno de PJ es recuperar el significado de la política para la gente

 

La historia de los partidos políticos en Venezuela se podría contar como una especie de montaña rusa. En algún tiempo fueron el eje de la transformación de la sociedad y el pilar fundamental del sostenimiento de una democracia plural, pujante y vigorosa como la que tuvimos durante el siglo pasado. Pero en los últimos años, la persecución del régimen de Nicolás Maduro, la incapacidad de lograr un cambio político que ha conducido a una pérdida de la representatividad, la propia crisis multidimensional del país y, muy especialmente, la poca confianza que existe entre la ciudadanía y el mundo político ha puesto en jaque el funcionamiento de los partidos.

Sin embargo, los partidos se niegan a renunciar a su esencia y justamente ante el panorama desafiante que se les presenta, están contemplando fórmulas para lograr reconectar con la ciudadanía, procurando retomar la lucha política para lograr la salida definitiva del régimen de Maduro. Primero Justicia está precisamente anclado en esa filosofía, y es por eso, que está en víspera de la celebración de un proceso de reformas internas, con el propósito de relegitimar sus liderazgos, renovar su militancia y replantear su hoja de ruta para lograr el objetivo del retorno de la democracia en Venezuela. Julio Borges, fundador y coordinador nacional de la tolda amarilla, cree que esta será una gran oportunidad para el relanzamiento de Primero Justicia y de la política en Venezuela, así como para el empoderamiento de la militancia.

¿Qué significa este proceso de reformas internas de PJ?

Lo primero es que todas las organizaciones del mundo continuamente están expuestas al cambio, tanto interno como externo. Cuando se decide iniciar un proceso de reforma se parte de una premisa y es que los desafíos actuales exigen ajustes internos para poder ser abordados de manera más idónea y poder cumplir con el objetivo. En el caso de Primero Justicia, nosotros venimos de años muy duros, donde hemos sufrido persecución, cárcel cómo Juan Requesens, exilio como muchos diputados nuestros y hasta muerte como fue el caso de mi hermano Fernando Albán. Pero no solo eso, nuestra militancia ha sentido, como cada venezolano, la crisis, teniendo que abandonar sus raíces para explorar oportunidades para sobrevivir en el exterior. De manera que la diáspora no solo ha golpeado las capas sociales de Venezuela, sino también el accionar político.

Nuestra militancia y el país en general ha sido sometido a un entorno dictatorial y antidemocrático por mucho tiempo, pero eso no ha impedido que los justicieros sigan luchando por la libertad en cada rincón de Venezuela. Ahora bien, somos conscientes que el objetivo superior, que es la salida de Maduro, todavía no lo hemos logrado. Recientemente, se cerró un capítulo, donde nos tocó a toda la unidad hacer mea culpa de los errores cometidos, para abrir este nuevo capítulo de lucha con una nueva unidad. Hoy todos estamos conscientes de una necesidad: renovarnos para reimpulsar la lucha política. En ese sentido y bajo ese espíritu, con este proceso de reformas queremos reajustar nuestras estrategias de lucha, crear una mejor versión de nosotros mismos, y ofrecerle más espacios de acción política a nuestra militancia, que es al final de cuenta el motor de Primero Justicia. Vamos a hacer unas elecciones para legitimar todos los cargos de nuestra organización.

¿Cuántos cargos van a elegir?

Este 9 de julio vamos a tener 503 centros de votación, se estarán eligiendo 504 responsabilidades, hay planchas inscritas para competir en 304 de los 335 municipios. Además, estaremos eligiendo 5168 personas que estarán a la orden de los ciudadanos de esos municipios, en las parroquias hay más de 7000 personas aspirando. Se trata entonces de un proceso muy amplio que arropa a toda nuestra militancia.

¿Qué valores los inspiraron para el desarrollo de este proceso?

Lo primero que debo decir es que toda institución es un cuerpo vivo, que está sujeto al cambio permanente para poder no solo adaptarse a nuevas y complejas realidades, sino desarrollar la capacidad de aprender. Nosotros después del 21 de noviembre acordamos entrar en un proceso de revisión que permitiera afrontar con renovadas energías los desafíos del nuevo mapa político. En ese momento se estableció un calendario de reuniones para analizar la situación y acordar los términos que guiarían el proceso. Entre diciembre de 2021 y febrero de 2022 se realizaron 5 reuniones de Junta de Dirección Nacional. Y después de más de sesenta horas de deliberación, se acordó constituir una Comisión para reformar nuestros Estatutos internos y avanzar. De tal manera, que estas elecciones internas son el resultado de un proceso serio, reflexivo y de revisión que hemos hecho a lo interno.

En cuanto a los valores, son muchos, pero yo diría que tres principalmente: democracia, renovación y participación. Democracia porque nosotros no podemos estar hablando de que queremos recobrar la democracia en nuestro país y no practicarla en casa, renovación porque como explique anteriormente llevamos adelante un proceso para repensar todo, desde nuestras estructuras hasta cómo se toman las decisiones, y participación, porque precisamente este proceso recogió las ideas y el querer de toda nuestra militancia. Lo hicimos al calor de nuestros justicieros, que son quienes están todos los días recorriendo el país y llevando un mensaje de esperanza, lucha y cambio.

¿Cuáles son los cambios concretos que busca esta reforma?

Las reformas incorporan varios cambios en la parte organizativa del partido y en la dinámica de toma de decisiones. Por ejemplo, uno de los cambios es que la jefatura política nacional estaba encabezada por la Coordinación Nacional, la Secretaría General y la Secretaría Nacional de Organización. Ahora estaremos organizados de la siguiente manera: Presidencia, Presidencia adjunta, Vicepresidencia Nacional de Organización, Vicepresidencia Nacional de Asuntos Políticos, Vicepresidencia Nacional de Estrategia y Comunicaciones, Vicepresidencia Nacional de Formación y Programas y Vicepresidencia Nacional de Nuevas Generaciones. Este mismo enfoque lo vamos a repetir en las regiones.

Asimismo, hemos hablado de precisamente crear un Estado 25. Una instancia que funcione como un Estado y agrupe a todos los justicieros que están dentro y fuera de Venezuela, en un frente común que es no es otro que la lucha por el rescate de la democracia y los DDHH en el país.

En el marco de este esfuerzo, queremos es que todos los liderazgos, desde el dirigente parroquial pasando por el estadal, regional y por supuesto el nacional, esté legitimado por el voto de nuestra militancia. Con ello, queremos darle vida a la democracia dentro de nuestra organización, que no existan liderazgos impuestos, sino que quienes estén en cargos de dirección política cuenten con el aval de la militancia.

Mucha gente se pregunta si es un proceso para que se impongan los cogollos de siempre y queden legitimados como autoridades del partido. ¿Qué opinas de esa visión?

Si comparas Primero Justicia con otros partidos nacionales, de antes y de ahora, te darás cuenta que Primero Justicia no es un partido construido para promover un líder, tampoco es un partido pensado para ser una especie de plataforma para una candidatura presidencial de alguien. Es un partido cuya dirección es colectiva. Es decir, es un partido que no tiene un solo liderazgo, sino muchos liderazgos. Es una casa donde se han forjado muchísimos lideres, ha sido el punto de convergencia de liderazgos plurales. Somos una especie de semillero de líderes diría yo. También somos una organización política que tiene presencia en los 335 municipios de Venezuela, no es poca cosa estar en cada rincón del país, y hemos cosechado logros muy importantes como haber sido la fuerza política más votada en últimas elecciones libres que se dieron en Venezuela.

La renovación que queremos arrancar a partir del 9 de julio parte de un proceso serio, tan serio que vamos a crear una instancia que se llame vicepresidencia de Nuevas Generaciones. Para precisamente garantizar ese refrescamiento del liderazgo. Estamos pensando también nuevas instancias de participación para los justicieros que están por el mundo y que forman parte de la diáspora; y por supuesto, que también estamos adelantando reformas para promover a la mujer justiciera en cada una de las estructuras del partido. Es un proceso integral, serio y que se inspira en nuestra militancia, ellos son los protagonistas.

En todos los procesos electorales se dan rivalidades y pugnas. ¿Cómo garantizar que el partido después de esta contienda no termine fracturado?  

El segmento de PJ son sus valores. Nuestro principal valor es el centro-humanismo. Creemos fehacientemente que la razón de ser de la política es dignificar a la persona humana y para ello, consideramos que la justicia es una herramienta. La justicia para hacer valer esa condición humana y para garantizar la igualdad.

Primero Justicia siempre se ha mantenido como una gran familia que valora el pluralismo, el debate y el libre intercambio de ideas. Siempre hemos tenido discusiones fuertes, diferentes puntos de vistas sobre un mismo tema, pero al final lo que en definitiva pasa es que se impone el consenso. Esto es algo difícil en cualquier organización, pero en política vale oro. Mi mensaje a cada justiciero es que disfrute de este proceso y lo aproveche para lo que queremos, que es una renovación profunda de nuestras estructuras y un replanteamiento de la lucha política.

¿Por qué es importante este proceso para el futuro? ¿Cuál es la visión de Primero Justicia para estos años que vienen?

Creemos que Primero Justicia tiene que convertirse en un gran movimiento de resistencia frente a una dictadura cruel, inhumana y totalitaria. No son tiempos fáciles, pero nos toca luchar, luchar contra la resignación, por un lado. No podemos normalizar nuestra tragedia que es lo busca Maduro, que los venezolanos se acostumbren a vivir con pésimos servicios públicos, sin un salario digno, con hospitales sin insumos médicos y bajo el control del crimen organizado y la corrupción. Y, por otro lado, nos toca luchar para que en el año 2024 hayan elecciones competitivas, con observación internación, donde los venezolanos en el exterior puedan votar, donde no se abuse de los recursos públicos, y donde no hayan candidatos inhabilitados o presos. No es una lucha fácil, pero es la que nos toca dar para que en Venezuela renazca la democracia.

¿Cómo se inscribe este proceso de Primero Justicia dentro de los esfuerzos de la Plataforma Unitaria?

Nosotros creemos firmemente en la unidad. Creemos que sin unidad no hay manera de lograr el cambio político. Recientemente, fuimos nosotros desde Primero Justicia quienes impulsamos la iniciativa de reunir a los principales factores políticos en Panamá, con la finalidad tratar temas de interés para la Unidad como las primarias o el restablecimiento del proceso de negociación en México. La unidad venía de un tiempo de parálisis y fuimos nosotros quienes liderizamos este proceso para que la Unidad volviera a encausarse en una hoja de ruta política.

En tal sentido, estamos haciendo este proceso, al igual que otros partidos, para refrescar nuestra lucha interna, que es un asunto pendiente desde hace años en la Unidad. Desde la creación del Gobierno Interino, se ha abandonado la presión interna y se ha privilegiado lo internacional. No quiere decir que lo internacional sea malo, solo que al final lo que le da vida y razón de ser a la lucha externa es la lucha interna.

El fortalecimiento de los partidos políticos y la sumatoria de factores de la sociedad civil a la lucha democrática son dos variables fundamentales de esa nueva hoja de ruta que debe consolidar la unidad. Cuando uno mira lo que han sido las experiencias internacionales que han derivado en transiciones políticas de regímenes totalitarios a democracias, se consigue que la lucha de la sociedad civil en conjunto con los sectores políticos es la que desencadena en gran parte la fractura del núcleo de poder.

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