Maduro: su futuro inmediato depende de la flexibilización de las sanciones

Maduro: su futuro inmediato depende de la flexibilización de las sanciones

Photo: Gaby Oraa

 

 

 

 

Nicolás Maduro está en apuros financieros. Las sanciones de Occidente bloquearon la mitad de las reservas de oro y divisas del Banco Central de Rusia que están colocadas en bancos europeos, así que Vladimir Putin decidió no dar garantías sobre los recursos que ?producto del enriquecimiento ilegítimo? tiene depositados en esa nación la cúpula que controla el poder en Venezuela.

ANTONIO DE LA CRUZ // INTER AMERICAN TRENDS

Hace cinco semanas, el heredero de Hugo Chávez pidió a Putin que descongelara los fondos que Petróleos de Venezuela y el Ministerio de Defensa tienen en varios bancos rusos incluidos en la lista negra de Estados Unidos, especialmente el Promsvyazbank (PSB).

Para esquivar las sanciones estadounidenses a Pdvsa, Maduro ha usado el sistema bancario ruso. En 2019 trasladó de Lisboa a Moscú la filial europea de la estatal petrolera venezolana, así como las cuentas bancarias de la empresa minera de oro conocida como Minerven, que hasta ese momento eran manejadas directamente a través del BCV. Esto le había permitido recibir las divisas de las exportaciones de petróleo penalizadas por Estados Unidos y del “oro de sangre” para la importación de los alimentos de las cajas CLAP ?mecanismo para el control social de la población? y otros bienes.

Steven Mnuchin, secretario del Tesoro de Trump entre 2017 y 2021, dijo en una nota de prensa cuando sancionaron a intermediarios en la venta de petróleo de Venezuela y a tanqueros, que “aquellos que facilitan los intentos del régimen ilegítimo de Maduro por eludir las sanciones de Estados Unidos contribuyen a la corrupción que consume a Venezuela”.

Por lo tanto, la exclusión de Rusia del sistema financiero internacional ha obligado al gobernante de facto venezolano a buscar otras alternativas para obtener ingresos en dólares.

En este contexto, un grupo de 25 venezolanos, autoproclamados “líderes cívicos y académicos y reconocidos economistas defensores de la democracia”, se dirigió al presidente de Estados Unidos y a otros representantes de su gobierno involucrados en la política de ese país hacia Venezuela, para pedirles “que permitan el regreso de las compañías petroleras occidentales y otras empresas privadas para regenerar el sector petrolero” nacional.

Además, en una suerte de asesores de Maduro, proponen que también se permita que estas empresas gestionen sus proyectos y sus contratistas, además de los ingresos de exportación, incluidos los correspondientes royalties e impuestos. “Las empresas aportarán la tecnología y el capital que tanto necesita el sector”, indicaron.

Sucede que las sanciones de Estados Unidos sobre Pdvsa datan de 2011, con la administración del demócrata Barack Obama, por violar las sanciones estadounidenses contra Irán. Y en 2019, el gobierno del republicano Donald Trump las impuso por ser “durante mucho tiempo un vehículo para la corrupción. Se han diseñado diversos esquemas para malversar miles de millones de dólares de Pdvsa en beneficio personal de funcionarios y empresarios venezolanos corruptos”. Es decir, la estatal petrolera venezolana ha sido un medio de lavado de dinero que ha permitido mantener el aparato que ha sostenido a Maduro en el poder.

Hoy se conoce que el negocio petrolero es una de las principales fuentes para enriquecer a la élite política y militar madurista. Cobran 30% por adelantado y el resto (Pdvsa y comercializador) una vez entregado el cargamento a la refinería.

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