Hambre y falta de herramientas tecnológicas golpean la educación en Venezuela

Hambre y falta de herramientas tecnológicas golpean la educación en Venezuela

Año escolar
Vista del complejo educativo vacío Andrés Bello en Caracas. (Foto de Cristian HERNANDEZ / AFP)

 

La educación este año en Venezuela estuvo afectada por dos elementos; el primero fue la falta de herramientas tecnológicas para acceder a las clases online durante el período escolar 2020-2021 y lo que va de 2021-2022, ante la misma situación económica del país, cuyo problema también deriva en el segundo elemento que es la mala alimentación de los muchachos, ambas limitaron el aprendizaje significativo de los estudiantes.

Por María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA

“Si comemos, no pagamos el internet”, es la frase que más se suele escuchar en la casas de familias vulnerables, donde detallan que la misma crisis y el poco poder adquisitivo hace que no puedan cubrir todas sus necesidades básicas, entre esas la alimentación balanceada y las herramientas para la educación a distancia.

Para las familias del sector La Playa, en el norte de Barquisimeto, es todo un reto llevar las riendas, tomando en cuenta que con lo que ganan no les alcanza para mantener una familia. “A veces llega la bolsa, pero sólo trae carbohidratos”, dijo Isabel Escalona.

Un estudio de Cáritas Venezuela, reveló que desde el año 2016 se empieza a acelerar la desnutrición en el país, que en un 41% es más viable identificarlo en los primeros dos años de vida de los niños, pero las secuelas son graves a la hora del aprendizaje, pues los niños desnutridos no tienen la misma capacidad que uno bien nutrido.

En la etapa escolar se empieza a evidenciar con retardo en el crecimiento. De acuerdo a Cáritas, los niños presentan cinco centímetros menos y las niñas siete centímetros menos, mientras que el 25% de los casos son niños con menos de seis meses de nacidos.

Cáritas evidenció que del total de niños con retraso en su crecimiento, el 13% llegó a presentar desnutrición aguda y el 87% de los participantes no están incluidos en programas de asistencia.

En las Escuelas Fe y Alegría tienen convenios y están aliados a través de organizaciones internacionales, como la Unicef que se encarga de llevar un control detallado de sus estudiantes en cuanto a peso, estatura y talla, y quienes requieran suplementos nutricionales se los entregan. También realizan jornadas de desparasitación y otras actividades de manera gratuita, en la cual también incluyen mujeres embarazadas y niños de la comunidad adyacente a las instituciones.

Otra de los problemas que afecta una buena nutrición en los estudiantes, es que el Programa de Alimentación Escolar (PAE) es nulo, si bien es cierto que desde que inició la pandemia los representantes podían llevar las tazas a las instituciones y luego retirar la comida, con el pasar de los días fue desapareciendo, hasta el punto que hoy son escasas las escuelas y liceos que entregan el PAE.

“El alto costo de la vida y la inflación hacen estragos en los salarios y no pueden adquirir una alimentación balanceada”, dijo Jesús Echeverría, directivo del Sindicato Único de los Trabajadores de la Educación en Lara (Sutelara), y agregó que eso obstaculiza el aprendizaje significativo.

En cuanto al otro elemento que afectó la educación fue la falta de herramientas tecnológicas para recibir y enviar las asignaciones. Echeverría expresó que es una gran traba para que se logre el conocimiento, “porque es una limitación técnica y afecta la continuidad y progresividad del aprendizaje”.

Dulce Meléndez, de la Federación Nacional de Trabajadores de la Educación en Venezuela (Fenatev), dijo que ellos seguirán en la lucha hasta lograr los beneficios tanto para los docentes como para lo estudiantes, porque están violando todos sus derechos.

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