Las primeras imágenes de Charlene en Mónaco junto a sus mellizos y un nuevo perro

Las primeras imágenes de Charlene en Mónaco junto a sus mellizos y un nuevo perro

Charlène, junto a Alberto, Jacques y Gabriella. (Palacio de Mónaco)

 

 

 

Parecía que el momento nunca iba a llegar, pero Charlène ya se encuentra en Mónaco. Tras más de medio año retenida en Sudáfrica por una infección ORL que le impedía volar, y por la que tuvo que pasar por quirófano hasta en tres ocasiones, este domingo por la tarde la exnadadora cogía un avión para volver a casa con su marido y sus hijos. Tras un vuelo nocturno de 10 horas, la princesa aterrizaba al amanecer en Niza y era trasladada en helicóptero hasta el helipuerto del principado, donde la esperaban Alberto II y sus mellizos, los príncipes Jacques y Gabriella, quienes han dado la bienvenida a su madre con abrazos y besos. Así lo reseñó El Confidencial.

Y es que la pareja y los pequeños no se veían desde agosto, cuando Alberto viajó con los mellizos a Sudáfrica. Un periodo de tiempo muy largo para unos niños de apenas seis años. Tras el emotivo reencuentro en el helipuerto, los cuatro ponían rumbo hacia su casa, el Palacio Grimaldi, pero antes posaban para unas fotografías en la que hemos podido apreciar el cambio de look de Charlène, quien ha dejado atrás el color rubio con el que la conocimos hace ya más de 12 años y lo ha cambiado por el moreno, con un corte pixie, de esos que tanto le gustan a la princesa.

Charlène y Jacques. (Palacio de Mónaco)

La exnadadora no ha viajado sola a Mónaco, ya que la ha acompañado el nuevo miembro de la familia. Hace unas semanas, Charlène se sumía en la tristeza al conocer que su perrita, una chihuahua a la que estaba muy unida, había sido atropellada. Sin embargo, a los pocos días la princesa recibió con ilusión un inesperado regalo: un cachorro macho de la raza rhodesian ridgeback. Bautizado con el nombre de Khan, el perrito ha estado jugando en el patio de palacio con Jacques y Gabriella mientras sus padres conversaban con la prensa.

Un final feliz para una princesa que lo ha pasado realmente mal estos meses, y la prueba de ello se refleja en su físico. Charlène viajó en marzo a Sudáfrica, país en el que nació, para apoyar una campaña en contra de la caza furtiva de rinocerontes. Lo que ella no sabía es que ya tenía una infección provocada por un implante dental que se hizo en Mónaco, y que se agravó durante su estancia en el país africano. Un calvario para la exnadadora, que ha sido intervenida quirúrgicamente en tres ocasiones y que por fin ha podido este lunes cumplir su sueño de volver a casa y estar con sus hijos y su marido.

La familia, junto a Khan. (Palacio de Mónaco)

 

La poca información proporcionada por el principado acerca del estado de Charlène, así como los rumores de crisis que siempre los han perseguido, provocaron que se empezara a hablar de un posible divorcio entre Alberto y su esposa. Una información que llegó a confirmar en portada la revista alemana ‘Bunte’ y que fue negada en múltiples ocasiones por la propia princesa, quien durante su convalecencia ha dado varias entrevistas alabando a su marido y recalcando lo importante que ha sido para ella en su recuperación.

Alberto y Charlène, con sus mellizos en Sudáfrica. (Instagram)

 

Tampoco ayudaron a disipar los rumores las fotografías que se publicaron en agosto cuando Charlène recibió la visita exprés de su marido y los mellizos. Los gestos un tanto distantes de la pareja parecían querer decir que algo no iba bien entre ellos, algo que ha quedado descartado después de la vuelta de la princesa a Mónaco.

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