Un congreso en Corea del Norte que revela las presiones sobre el régimen comunista

Un congreso en Corea del Norte que revela las presiones sobre el régimen comunista

 

El congreso del partido en el poder que acaba de terminar en Pyongyang ha vuelto a ilustrar las presiones ejercidas sobre la economía y el régimen norcoreanos, en un contexto de pandemia, sanciones internacionales y fracaso de las negociaciones nucleares con Washington, según los expertos.





El líder Kim Jong Un se disculpó varias veces por la mala gestión económica y prometió futura prosperidad económica, mientras se hacía elegir secretario general del partido, un cambio destinado según los analistas a asentar su autoridad.

Pero este congreso, teóricamente organizado cada cinco años, no ha dejado señal alguna de que el régimen considere abrir su economía para mejorar la situación de sus ciudadanos, o modificar el statu quo con Washington. Al contrario, Kim mandó el mensaje al próximo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de que proseguirá desarrollando programas militares prohibidos, si Washington no hace concesiones.

Este congreso de 8 días terminó el martes, una semana antes de la toma de posesión de Biden

Los analistas creen que el régimen norcoreano es consciente de que el desarrollo de su economía depende del fin o de una flexibilización de las sanciones. Pero Pyongyang no parece dispuesto a renunciar a sus programas nucleares y balísticos, que son la causa de estas sanciones internacionales.

Kim, cuya relaciòn con Donald Trump había mejorado tras los insultos iniciales, presentó a Estados Unidos como el  “principal enemigo” de Corea del Norte y prometió proseguir su programa nuclear.

 

 

– Vuelta a la ortodoxia –

 

Para el líder norcoreano el cambio de inquilino en la Casa Blanca es todo un desafío, pues Biden está asociado estrechamente a la doctrina de “paciencia estratégica”  de la era Obama, y su presidencia se anuncia como un retorno a la diplomacia estadounidense más ortodoxa, lejos de las cumbres sin futuro de Trump.

Además, Pyongyang no puede permitirse una acción importantes de provocación, como un ensayo nuclear o un disparo de misil intercontinental, ya que ello irritaría profundamente a su rival y aliado, China.

Por otra parte, Corea del Norte cerró de inmediato sus fronteras el año pasado cuando el coronavirus apareció en China, una medida que ha sido más eficaz que todas las sanciones para aislar aún más al régimen, puesto que tuvo como consecuencia una muy seria reducción de sus intercambios comerciales con Pekín.

“Antes de disimular esta triste realidad, el régimen ha optado por reconocer que las cosas van mal” explica Soo Kim, exanalista de la CIA, hoy en la RAND Corporation.

Pero el partido considera que la mejor respuesta a aportar a los fracasos de la planificación es más planificación.

– Plan quinquenal –

 

Desde que heredó el poder a la muerte de su padre en 2011, Kim Jong Un aceptó una muy relativa flexibilización del control estatal sobre la economía, al permitir el desarrollo de iniciativas privadas de muy modesto tamaño. Ello contribuyó a la emergencia de algo parecido a una clase media en Pyongyang, y favoreció el enriquecimiento de la élite con buenos contactos.

Pero el concluir el congreso, Kim afirmó que el partido y el gobierno deben reafirmar su control en el nuevo plan quinquenal, es decir “restaurar y reforzar el sistema en virtud del cual la economía funciona bajo la orientación del Estado”.

“A corto plazo” hay que excluir cualquier reforma del mercado , opina Harry Kazianis, analista del Centro para el interés nacional, pues Kim “no tolerará ninguna competencia en el ejercicio de su poder” por parte de sectores económicos.

Su nombramiento como secretario general del partido lo acerca a la figura de su padre y predecesor en la jefatura del Estado, Kim Jong Il, quien fuera secretario general eterno.

AFP