Vi mi habitación en un anuncio de Instagram y entré en pánico: El impresionante impacto de las redes sociales

Vi mi habitación en un anuncio de Instagram y entré en pánico: El impresionante impacto de las redes sociales

 

Imagen recreada por el autor.

 

Hace unos días, mi novia y yo vimos un inquietante anuncio de Instagram que nos resultó familiar. La imagen era de una habitación con una cómoda de diseño blanca, una cama con sábanas de bandas amarillas y blancas y tapicerías beige y marrones. Igual que nuestra habitación.





Artículo publicado originalmente por VICE en italia / Vincenzo Tiani

Traducido por Vice en Español 

Nos quedamos petrificados. Nunca nos habíamos visto tan reflejados en un anuncio. ¿Era posible que Instagram nos estuviese espiando?

 

 

Se ha especulado mucho en los últimos años sobre si los aparatos electrónicos pueden escuchar lo que decimos o espiarnos. Pero hay muchas razones por las que puede aparecer un anuncio sobre algo de lo que has hablado recientemente. Es posible que ya lo hayas visto y no te hayas dado cuenta o quizás está relacionado con algo que tú o los que comparten wifi contigo habéis buscado en internet.

En el primer caso, la mente te la está jugando. El cerebro crea asociaciones y se fija primero en lo que ya conoce. De igual forma, cuando piensas, por ejemplo, en comprar un Mazda, de repente solo ves coches de esa marca por la carretera.

El segundo caso es básicamente la manera que tienen las plataformas como Instagram de ganar dinero. Recopilan una gran cantidad de datos, como las búsquedas que haces en internet, tu wifi o tu localización. Al combinar toda esta información, pueden ofrecerte anuncios extremadamente personalizados. No necesitan escuchar tus conversaciones para conseguirlo.

Pero, desde que los dispositivos activados por voz como Siri o Alexa han llegado a nuestros hogares, algunas conversaciones sí que se graban y guardan en internet. Facebook (la empresa matriz de Instagram) también admitió en 2019 usar transcripciones de las conversaciones de los usuarios para mejorar el algoritmo de transcripción automática. Tanto Amazon como Google han afirmado que no venden esa información a terceros, pero los términos y condiciones no son tan claros al respecto. Además, Facebook tiene un historial bastante amplio de escándalos de privacidad que no deja a los usuarios precisamente tranquilos.

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