Victor Jimenez Ures: El populismo

Victor Jimenez Ures: El populismo

Tristemente la historia venezolana ya quedó dividida en el antes y el después del chavismo; y no solo por los 20 largos y terribles años en que los rojos han estado al frente de la administración de nuestro país, sino también por la deformación moral que sufrió la sociedad en pleno, muy particularmente la clase política, incluso si hablamos de la oposición. En efecto, a estas fechas ya hay actitudes marcadamente chavistas en la concepción política de muchos opositores, y una de ellas, quizá la más fácil de identificar es: El Populismo.

No es un secreto, la clase política venezolana cree que la ciudadanía se acostumbró a las “ayudas” y subvenciones; y por tanto actúan presumiendo la existencia de un hábito adquirido, al fin y al cabo, según esta creencia: “¿A quién no le va gustar pedir y que le den fiao, beber a costilla de otro hasta amanecer rascao?”.

Por otra parte, hay que admitirlo, al tratarse de una economía meticulosamente desmantelada durante dos décadas, reflotarla no será cosa de un año o dos, y durante el proceso la población necesitará beneficiarse de políticas sociales que le ayuden a recuperarse plenamente de la debacle. Sin embargo, la clase dirigente “debería” tener claro que dichas políticas sociales tendrían una naturaleza transitoria, y en modo alguno permanente… no obstante, el problema de las democracias (el sistema más perfecto, con todas sus imperfecciones) es que los políticos prefieren los votos a las soluciones; y persiguen lo urgente, no lo necesario…. y siendo así ¿quién determinará cuando se ha ayudado o regulado lo suficiente si los políticos creen que la receta para ganar elecciones estriba en el populismo descarado?





El caso argentino es un buen ejemplo de lo anterior: el chavismo es a Venezuela lo que el peronismo es para Argentina: una enfermedad. De hecho, mientras existan los peronistas azuzando a la población en contra de quienes traten de arreglar sus desastres, Argentina nunca logrará romper el penoso ciclo de destrucción que le atenaza ¿queremos lo mismo para la nueva Venezuela?

Ahí vemos al presidente Macri, que ante la derrota en las PASO, implementó una serie de medidas que, en opinión de quien suscribe, rayan en el abyecto populismo:

– Congelación de precios.
– Recorte de impuestos.
– Aumento de subsidios.
– Aumento del salario mínimo.
– Bono especial (a fin de mes) para funcionarios públicos, fuerzas armadas y cuerpos de seguridad federales.
– Aumento de asignaciones mensuales para los desempleados.
– Aumento de 40% de las becas estudiantiles.

¡Poco faltó para que anunciara una caja CLAP!

¿Giro desesperado a la izquierda? Quizá… puede que esté tratando de dar a los votantes “lo que quieren” ya que rechazaron “lo que necesitan”. ¿Perderá Macri la reelección por no haber sido lo suficientemente populista? Tal vez…

Volvamos a Venezuela ¿Cómo se comportarán los políticos ante un electorado que presumen habituado a las promesas y las ayudas? Tristemente, pareciera que concluyeron que la respuesta es perpetuar el populismo. ¿Quién no recuerda a algunos concejales metropolitanos regalando tanques de agua? ¿Y qué decir de los que regalan comida para levantar plataformas políticas bajo fachadas filantrópicas?

Incluso en las campañas de posicionamiento dentro de los partidos opositores vemos la enorme difusión que se hace de actividades filantrópicas hechas con dinero ajeno, pero capitalizadas como si se tratase de esfuerzos unipersonales. ¿Mal gusto? Totalmente. Ya lo denunciábamos en publicaciones pasadas: hay quienes se fotografían regalando comida o medicinas, pretendiendo hacer creer que eso les hace aptos para cargos de dirección o de elección popular.

Lo interesante es que Venezuela no es Argentina, y están sacando el cálculo erróneo. Allá nunca han llegado a los niveles de depauperación a los que llegamos aquí, dónde semanalmente descubrimos un nuevo nivel del infierno reservado exclusivamente para nosotros; y justo por eso, la ciudadanía se ha vuelto cada vez más escéptica con la dirigencia política. Ciertamente, el rechazo al chantaje económico-social de las Cajas Clap se hizo extensivo a los tanques de agua, a las arepitas sabatinas y a las pastillitas para la tensión arterial.

Venezuela no morirá con esta crisis, y cuando todo termine, tendremos una ciudadanía madura, escarmentada y vacunada contra el populismo. Sepamos realizar la lectura de los tiempos políticos y no perpetuemos los vicios que nos arrastraron hasta éstos sombríos derroteros. La ciudadanía ya lo sabe, nada es de gratis, lo que regala un político o gobernante, en realidad lo paga la población con la pérdida de su libertad.

Dios bendiga a Venezuela.

@VJimenezUres