José Machillanda: Deserción + pronunciamiento arrinconan a Padrino

José Machillanda: Deserción + pronunciamiento arrinconan a Padrino

La creciente deserción como factor subterráneo de quiebre de la disciplina de una organización que se minimiza al máximo, muestra como un vector de erosión de la tropa profesional repudia a Padrino López –que de espaldas a la doctrina militar- se ha empeñado en imponer tareas y misiones contrarias al espíritu castrense, que conducen a que los efectivos deserten de filas y lo muestren de manera pública. La expresión de hoy por parte de la Guardia Nacional en su elemento tropa profesional, como una acción violenta, despreciativa y calificativa de efectivos, en contra de quienes le comandan señala una abultada desobediencia, falta de espíritu militar y desprecio por una organización cerrada, que ha descuidado al hombre efectivo militar.

Numerosos efectivos han abandonado las filas por la incapacidad de los mandos, la irresponsabilidad de los comandantes, una carencia de logística, que sumada a la sumisión de los jefes de las organizaciones al régimen autocrático-militarista, ya no soportan más cuando han verificado que esos mandos y jefes militares -que han sido gobierno por más de 18 años- demuestran una gran incapacidad como gobierno en la persona del Ministro de la Defensa, que funge como operador de un régimen creador de una sociedad ahuecada que se transforma en diáspora, reflejando el sufrimiento de la nación toda, frente a un régimen militarista apoyado por una cúpula militar cercana a la insania.





Un gobierno militarista mafioso que además tiene en el cuerpo armado su brazo ejecutor de la violencia, pretende el apoyo irrestricto de unidades, materiales y equipos, en especial de la Guardia Nacional. Gobierno que aún no termina de comprender la familia militar, que niega la cantidad de efectivos que a diario se agrupan en el Instituto de Previsión Social de la Fuerza Armada para pedir su retiro. Es este gobierno y quienes tienen responsabilidad de comando, los ineptos, ineptos para garantizar el funcionamiento de la estructura, la ejecución de la logística y los criterios de seguridad y operacionales propios de una organización que se entienda sujeta a una pirámide organizacional.

La deserción, entonces, ha enjuiciado al cuerpo de generales que de manera obtusa acompañan a un régimen que, fracasado política, económica y éticamente, está cegado para entender la deserción que hoy se muestra como un pronunciamiento y que refleja la revuelta. El pronunciamiento como expresión de revuelta que hoy ha presenciado el país, es una prueba del fracaso del cuerpo de generales de esa organización. Hoy la nación venezolana cercana al 23 de enero está clara en cuanto a la existencia de condiciones de necesarias y suficientes, para que el elemento de tropa profesional de la Guardia Nacional que forma parte de las clases C, D, E y F se haya expresado frente a un Ambiente Político Real Violento, en donde todavía los generales creen que Venezuela en pleno siglo XXI… es un vivac.

El pronunciamiento más la deserción de los efectivos muestran un claro desprecio y desconfianza por quienes jefaturan el cuerpo armado, y ello queda reflejado en la situación de tensión 2 que describe el entorno interno militar. El pronunciamiento y la deserción hablan del Ambiente Político Real Violento, cuando los efectivos reclaman un comando, un mando y una logística que se responsabilice por la alimentación, el transporte y las necesidades diarias de hombre y mujeres que, alguna vez creyendo que estar a lo interno de esa organización militar les llenaría de orgullo su trabajo y responsabilidad para la defensa, la paz y el crecimiento de la república.

El pronunciamiento y la deserción hoy se han reunido en la persona de profesionales de la seguridad y orden público, que perteneciendo a la Guardia Nacional conocen de la disciplina, el rigor y la mística, y su fatiga frente a la inexistencia de mandos, que los ha conducido a presentar frente a la Venezuela social y la Venezuela política su desacuerdo al interior de la organización. El pronunciamiento y la deserción son la llaga organizacional que crea un hueco ético-institucional, que como factor subterráneo muestra la indignación, la inconformidad, el descontento y el desprecio por aquellos mandos y comandos que no cumplen con su deber, pero sí sirven de estafetas a personajes de la política y del gobierno.

La deserción habla de la baja o escasa moral del efectivo, que termina en una indisciplina creciente donde es corriente la murmuración transversal, con la cual la organización no tiene ninguna capacidad operativa. El pronunciamiento viene del descontento, la murmuración y la baja moral, donde no se puede reclamar lealtad para la organización y quienes comandan. El efectivo se siente manipulado, engañado y desatendido, lo cual conduce a la indisciplina y, a partir de esta realidad, se pasa a un pronunciamiento que muestra la inoperativivad de esa organización. Lo ocurrido hoy muestra como la carencia de disciplina, obediencia y mando se traga a una organización y crea una alerta sobre la realidad político-militar del país.

La deserción es la expresión a los falsos comandantes, incapaces de proteger y amparar a sus subordinados. El pronunciamiento es la expresión máxima de un descontento de efectivos que conocen de su limitación para realizar operaciones de vigilancia, custodia y servicios específicos, porque no tienen comando y servicios logísticos. Lo ocurrido hoy… no tiene respuesta en quienes accionaron hoy llenos de presión, tensión, dolor y amargura por su condición de efectivos, sin respuesta en la política militar que hoy afecta al Estado-nación venezolano. La deserción, como la revuelta, sigue y crece. Terminará por liquidar al ministro marxista-leninista, que aún no sabe por qué y cuántos efectivos del cuerpo armado miran la deserción y el pronunciamiento como la expresión lógica que, ciertamente, hoy compromete su responsabilidad incumplida.