El presidente electo de Chile, Sebastián Piñera, se reunió hoy con el ministro de Hacienda del actual Gobierno, Nicolás Eyzaguirre, con el objeto de analizar la situación económica y las finanzas públicas. EFE
Esta es la primera vez que un mandatario recién elegido se reúne con autoridades del Gobierno saliente, lo que ha sido valorado de manera transversal, por el entendimiento entre la casi terminada administración de la centroizquierda y la derecha de Piñera.
En la reunión celebrada en la casa del conservador, que el domingo ganó la segunda vuelta electoral, se abordó “la economía mundial y la situación fiscal con la que contaría su gobierno para desarrollar sus políticas”, detalló Eyzaguirre a la prensa.
Según Eyzaguirre, que hace unos año dirigió el Departamento para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), la alternancia en el poder puede ser considerada “un símbolo de madurez” de la democracia.
Esta situación puntual se ha dado en Chile en varios períodos de Gobierno, dijo Eyzaguirre, quien recordó que la socialista Bachelet ya le entregó la Presidencia a Piñera en 2010.
El derechista, por su parte, hizo lo propio en 2014, cuando la actual mandataria inició su segunda administración en La Moneda, sede del Ejecutivo.
Eyzaguirre aseguró que su reunión con Piñera, así como con otros ministros, “fue una muy buena idea que acordaron la presidenta Bachelet con el presidente electo Piñera”, dijo.
El objetivo, explicó, es entregar al sucesor de la jefa de Estado toda la información disponible “para que pueda ir compenetrándose en el detalle para preparar su futuro Gobierno”.
“No hablamos sobre los programas sociales, pero él me expresó que una parte importante de sus proyectos mejoran cosas que ya se están haciendo”, destacó.
La portavoz del Gobierno, Paula Narváez, señaló a la prensa que el propósito de la comunicación entre ambas facciones es establecer las prioridades en la administración de Bachelet, y avanzar en pos de aquellos cambios.
Agregó que estas reuniones informativas cumplen con el espíritu “de colaboración” que se tiene con el presidente electo, como parte de un traspaso de poder “impecable”.
Respecto de la reforma al sistema privado de Pensiones, que no se alcanzará a trabajar en los meses que le quedan al Gobierno actual, Eyzaguirre indicó que solo quedan cinco semanas de trabajo en el Parlamento, por lo que su rápida tramitación “sería voluntarista”.
Debido a las bajas pensiones que paga el sistema privado (de unos 200 dólares promedio), el Gobierno propuso aumentar en un 5 % la cotización de los afiliados, con cargo al empleador y una parte porcentual que irá a un fondo común estatal.
Piñera, en cambio, ha planteado añadir toda la nueva cotización a las cuentas individuales de los afiliados y recurrir a otras fórmulas para mejorar las pensiones.
Tras matizar su intención de “dejar lo más avanzada posible” esta reforma, Eyzaguirre dijo que “hay un conjunto de similitudes” con las ideas del próximo Gobierno de derecha.
“Los últimos tintes del proyecto los dará esa administración, y mientras más coincidencias haya, mejor”, concluyó, además de desdramatizar que Piñera vaya a desmantelar programas en ejecución para financiar los propios, como anunció en la campaña electoral.
Este jueves, Sebastián Piñera tiene previsto reunirse con el presidente de la Corte Suprema, Hugo Dolmestch, y con los ministros de Desarrollo Social, el comunista Marcos Barraza, y de Obras Públicas, Alberto Undurraga.
Más adelante, lo hará con los ministros Mario Fernández (Interior), Heraldo Muñoz (Relaciones Exteriores) y Paola Tapia (Transportes).