Federico Boccanera: En el laberinto, como ratones de laboratorio

Federico Boccanera: En el laberinto, como ratones de laboratorio

thumbnailfedericoboccanera

Si hay algo que me produce una angustia cada vez más intensa, es que no se comprenda el cálculo político y su diseño, después de años de intentos frustrados, todos siguiendo más o menos el mismo patrón repetitivo: se estimula la manifestación y la acción callejera, y la participación electoral, para solo hacer avanzar a la clase política, mientras tanto, el país no ha dejado de hundirse en la calamidad.

¿Qué representó el triunfo en la AN? Sin duda un avance para la clase política ¿y al año y pocos meses de esa conquista? ¿Cómo le ha ido al país?





Hoy, primero de mayo, convocan a una marcha hacia el TSJ y el CNE, organismos que la AN no ha osado tocar en su composición, ni con el pétalo de una rosa en todo este tiempo, ahora bien ¿Por qué son tan pocos, los que captan esta incongruencia atrozmente fundamental?

Las marchas, manifestaciones, plantones y su trágico conteo de muertos, comenzaron hace un mes, pero el papa rompió su silencio hace apenas unas horas, y lo hace para invocar el diálogo ¿Qué significa esto?

Durante este mes de protesta ciudadana, hemos podido observar como la represión ha cargado con la valiosa vida de más de 30 jóvenes, sin que eso haya levantado más que lamentaciones de oficio y rechazos formales de saludo a la bandera. No ha ocurrido, ni lejanamente, una explosión de indignación, ni popular, ni grupal y el tono e intensidad de las protestas y sus objetivos, no han cambiado, es obvio que los muertos se han vuelto rutinarios, pero más allá de eso, es obvio que ninguna agrupación de la sociedad reivindica esa muertes como bajas propias, todos han sido sacrificios “espontáneos”, y esto indica que detrás de esas bajas, no hay organización, salvo la improvisada del sector en la calle donde ocurrieron los enfrentamientos fatales, un desconcierto trágico sin duda, pero también un desconcierto que forma parte de un cálculo en donde hay de todo, menos improvisación.

Esta violencia anárquica es una calamidad, y podría decaer en maldición permanente, difícil de extirpar, si desarrollase una dirección política insensata y cierta organicidad, aunque fuese tribal, pero, por otro lado, a la protesta masiva y pacífica, de insurrección contra el estado chavista, a esa la sabotea todo el tiempo la MUD, desvirtuándola sistemáticamente en cruzada electoral, de signo institucionalista.

De este modo, al camino liberador, calculadamente se le encierra en un redil que solo responde a los intereses electorales de la clase política rentista, esta imposición anticlimática y a contracorriente del verdadero deseo de la sociedad, tiene como objetivo siniestro, forzar la irrupción incontrolable de un radicalismo violento e insensato, con ello se busca llegar a un nivel insoportable e invivible de caos, que al fin vuelva digerible la opción “diálogo” y desde luego la vía electoral PACTADA.

El timing papal, lo muestra, lo anuncia. Prepara el terreno.

Vean como se hace a la vez, el trabajo del régimen y su oposición.

Esto desde luego se podría evitar separándonos de estos planes, y actuando con independencia y en consonancia con el verdadero deseo de la gente, para esto, haría falta una dirección política capaz de dar el paso hacia la organización de una oposición real, capaz de asumir el reto de llevar al país hacia la desobediencia total y permanente, en modalidad que no pueda ser secuestrada por una clase política degenerada, que solo desea un mayor paquete accionario, en la empresa de la cohabitación.

Desde luego, eso no se ve por ningún lado, solo se ve a pseudo dirigentes, arreando en la misma dirección de marchas y plantones estériles que no llevan a nada, aun cuando de la boca para afuera, se muestren impecablemente disidentes tanto del régimen como de los partidos MUD. La verdad, no sé cómo calificarlos, pero en los hechos, ejecutan no otro papel que el de tontos útiles.

Mientras no se desarrolle la capacidad de visión del conjunto, y se haga el esfuerzo de superar cierta asfixiante superficialidad en el análisis, que solo ve accidentes, infortunios e ineptitudes, donde lo que hay son planes maestros de dominación en ejecución disciplinada. Seguiremos en el laberinto, como ratones de laboratorio.