Sukha y Ananda,
El otro día hablaba con un cliente sobre el tema de la felicidad, este me decía que para él, la felicidad consistía de pequeños instantes que ocurrían ocasionalmente y había aprendido a buscar estos momentos, apreciarlos cuando ocurrían y con mucho empeño buscar reproducirlos nuevamente. Él no creía en una felicidad duradera, ya que razonaba que si todos los momentos eran de felicidad, entonces dejaría de ser algo especial, justamente la apreciamos porque tenemos la experiencia de su opuesto. Yo creo que todos podemos relacionarnos con su experiencia, en un momento estas feliz porque te compraste el carro, te ascendieron en el trabajo o ves a tu hijo graduarse de bachiller, y al instante siguiente estas consternado ya que te robaron el carro, la inflación se te comió el sueldo o tu hijo se va de casa a una universidad en el extranjero. Es por esto que si definimos la felicidad como esos pequeños instantes cuando conseguimos lo que deseamos, entonces ésta será bien efímera y tendremos que aceptar la infelicidad que le sigue cuando las cosas no van según lo planeado, ya que si algo es cambiante es la vida! En la antigua filosofía del yoga, a este tipo de felicidad, se la llamó sukha, y se la emparejaba con su contraparte dukha o sufrimiento, queriendo decir que son las dos caras de una misma moneda. Así lo reseña toyfeliz.net
En el fondo, todos sabemos intuitivamente que la felicidad no es una cosa allá afuera, basta observar que a diferentes personas los hace felices diferentes experiencias, lo que a mi me hace feliz, puede no funcionarle a mi amigo, a cada quien le gustan y disgustan cosas diferentes y he allí el problema, por el cual el tema de la felicidad es tan elusivo. Nuestro condicionamiento mental, preferencias y expectativas hacen que experimentemos el mundo de cierta manera y que ciertas experiencias nos agraden y otras no, es decir que detrás de esta polaridad de sukha y dukha, felicidad y sufrimiento, están los apegos y aversiones de nuestra mente. Inclusive, puede haber momentos en nuestra vida donde todo nos fluye de maravilla, donde tenemos todo aquello que deseamos y aun así, nos encontramos insatisfechos, y algunos hasta deprimidos ya que la mente puede escoger sentirse insatisfecha o vacía por cualquier cosa.
Sukha y dhuka son consecuencia de un error fundamental, creemos que la felicidad es el resultado de una acción, de un logro, de una cosa allá afuera, cuando la felicidad es en el fondo, una cualidad interior inherente a nuestro propio ser.
En la filosofía del yoga, se habla de un tipo de felicidad, muy distinto de la polaridad sukha-dukha de la que hemos estado hablando, ya que en vez de ser intensa y efímera, es más bien, serena, sencilla, inagotable e innata y se le llama Ananda, que se traduce como gozo o dicha. Ananda normalmente se encuentra conectada con otras dos palabras, formando una gran palabra compuesta que describe al ser esencial en nosotros: Sat-chit-ananda, las tres cualidades del Ser. La primera palabra es Sat y puede ser traducida como existencia, es decir, que nuestro sentimiento de existir es algo inherente a lo que somos, y por ende esencial. La segunda palabra es Chit, consciencia, nuevamente no solo existimos, si no además somos conscientes de nuestra propia existencia. La tercera palabra es Ananda, y aquí es donde vienen una de la joyas más valiosas de la filosofía del yoga, esta nos dice que hay un tipo de felicidad que es inherente a nuestra propia consciencia, es decir, que el acto de ser conscientes en si mismo, conlleva un felicidad innata, la felicidad no es algo allá afuera, sino un estado interior al cual podemos acceder si solo aprendemos a entrar en contacto con eso que somos, consciencia.
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