Dos proyectos de habitáculos semicerrados para los pilotos están actualmente en estudio en la Fórmula 1, de cara a la temporada de 2017, para mejorar la seguridad de los pilotos, un reto de máxima importancia, como demostró el accidente sufrido el domingo en Melbourne el español Fernando Alonso.
AFP
Fue sin duda la imagen más escalofriante del primer Gran Premio de la temporada, ganado por el alemán Nico Rosberg: Alonso salió sin apenas daños de un gravísimo accidente, en el que su coche sufrió muchos daños, tras haber tocado con el del mexicano Esteban Gutiérrez (Haas).
“El hombre más afortunado del mundo”, tituló en su portada de este lunes el diario australiano Herald Sun, con una fotografía del monoplaza accidentado. Alonso publicó en Twitter una foto suya leyendo, cómodamente sentado en el avión que le iba a traer de vuelta a Europa.
El piloto español, experimentado con 250 Grandes Premios en la Fórmula 1 desde 2002, terminó casi sin daños, sólo con un dolor en la rodilla, pero admitió que había “gastado una vida”. Dio las gracias públicamente a la Federación Internacional del Automóvil (FIA), que obligó a las escuderías a reforzar los ‘cockpits’, los espacios destinados a los pilotos dentro de los coches.
El asunto de la seguridad es una prioridad para la FIA. Desde hace meses está en manos del francés Laurent Mekies, exingeniero de pista de Toro Rosso y reconvertido ahora en el “Señor Seguridad” de la Federación. Hay un ‘cockpit’ semicerrado en estudio, con dos versiones, una propuesta por Ferrari y Mercedes, y otra imaginada por los ingenieros de Red Bull.
– Después de Bianchi –
El trágico accidente del francés Jules Bianchi en el Gran Premio de Japón de 2014, que le costó la vida unos meses después, marcó un antes y un después.
Desde entonces se han tomado varias medidas significativas, entre ellas el ‘Coche de Seguridad Virtual’, que probablemente hubiera permitido salvar la vida de Bianchi.
Se trata de una forma inmediata y eficaz de controlar y limitar la velocidad de los monoplazas en un sector del circuito que se considere peligroso por alguna circunstancia. Por ejemplo, tras una fuga de combustible, presencia de objetos o piezas de los coches sobre el asfalto o una tormenta muy localizada.
Ese coche de seguridad virtual actúa antes de la salida del coche de seguridad real, ralentizando el ritmo, y puede servir de prueba para que la dirección de la carrera penaliza luego a pilotos que no respeten la limitación de velocidad.
El ‘cockpit’ es ahora el objetivo. En los ensayos de pretemporada, Kimi Raikkonen (Ferrari) probó el sistema “Halo” y declaró que no afectaba a la visibilidad.
“Si esto puede salvar vidas hay que utilizarlo”, añadió su compañero de equipo Sebastian Vettel.
Pero hay otras voces que no lo ven tan claro.
“Si los pilotos tienen miedo a hacerse daño, entonces que se vayan a otro lugar”, declaró por su parte Jacques Villeneuve, campeón del mundo de 1997.
Nico Hülkenberg, piloto de Force India vencedor de las 24 Horas de Le Mans con un Porsche 919 Hybrid con ‘cockpit’ cerrado, estimó que “las carreras de monoplazas deben continuar haciéndose con cockpits abiertos”.
El debate se relanzó una vez más el domingo con el accidente de Alonso. Algunos estiman que el “Halo” no hubiera cambiado nada, teniendo en cuenta las característias de su ultraviolenta salida de pista y otros creen que podría haber dificultado la salida de Alonso de un coche casi pulverizado.
Una opinión que no comparte el compañero de Alonso en McLaren, Jenson Button, que cree que hay que seguir reflexionando sobre este asunto tan delicado.