5 destinos para conectarse con uno mismo

5 destinos para conectarse con uno mismo

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El icónico faro de Cabo Polonio, única fuente de luz artificial del lugar.

Aunque no necesariamente hay que viajar para conectar con uno mismo, las travesías suelen crear la necesaria pausa para la vertiginosa o eventualmente monótona rutina del día a día. Un viaje puede abrir nuevos horizontes en diferentes sentidos y llamarnos a la reflexión, la contemplación o la acción.

La lista podría ser infinita, pero a continuación proponemos cinco destinos para conectar con la naturaleza y uno mismo, hacer un stop y renovar energías.

Camino de Santiago, España. 
Ya sea que se realice la travesía por razones religiosas, deportivas o culturales, solo o acompañado, el Camino de Santiago es una aventura de introspección, que transforma a quien lo inicia, en una persona diferente cuando lo completa. El peregrino comienza a caminar desconociendo fortalezas, debilidades y habilidades que tenía y que el viaje irá poniendo al descubierto.

En cada paso, cada día y cada etapa, el caminante enfrenta retos, sorpresas y desafíos que ponen en jaque lo que acarrea sobre sus espaldas. Y que no es únicamente en la suma de los elementos de su mochila. El Camino termina por reflejar a la vida misma.

La aventura perfecta para quienes quieren caminar con el alma y también con los pies:www.caminosantiago.org

 

 

Cabo Polonio, Uruguay
Los siete kilómetros de arena que separan a Cabo Polonio del resto de Uruguay y el limitado acceso, posible sólo a pie o en vehículos especiales, hace que este agreste paraíso parezca una isla aunque se encuentre a orillas de nuestro continente.

Ésta es una de las particularidades que caracterizan a este lugar, famoso por su reticencia a la electricidad. Esta actitud se transcribe en noches oscuras y estrelladas, sólo iluminadas por velas y linternas y por su emblemático faro, cuyos 12 segundos de oscuridad dieron nombre a uno de los discos del cantautor vernáculo Jorge Drexler.

Con unas dunas inquietas y cambiantes, dos playas y rocosos acantilados que miran al Océano Atlántico, el Cabo ofrece un privilegiado telón de fondo que invita a la contemplación y a conectarse con los placeres más básicos de la vida.

Como sentenció el Zorro, célebre residente y testigo de estas tierras: “Algunos dicen que vienen a despejarse, otros dicen que en el Polonio renacen otra vez. Muchos dicen que vienen para olvidar… Y yo digo que tal vez vienen para acordarse.”

www.cabopolonio.com
www.portaldelcabo.com.uy

 

Koh Mook, Tailandia. 
Mundialmente conocida por sus playas de ensueño, Tailandia es un destino turístico elegido cada año por infinidad de viajeros que van tras las paradisíacas postales que la película The Beach (Danny Boyle, 2000), dejó tatuadas en el imaginario colectivo.

Ajena en parte al bullicio turístico que se vive en islas como las Phi Phi, aunque con una oferta hotelera capaz de contentar a cualquier viajero, Koh Mook es un reducido y silencioso edén natural. Cubierta de una frondosa vegetación, a orillas del mar de Andaman y con una playa que ofrece los más deliciosos atardeceres, una estadía en esta isla garantiza descanso y tranquilidad.

Además, la posibilidad de constatar aquellas sonrisas por las cuales los tailandeses son famosos. Aquí predomina una exquisita sencillez que educa al viajero que sabe apreciarla. Los minutos se dilatan y el tiempo parece desaparecer en una estadía que quisiéramos eterna. ¿El lujo y la ostentación? Koh Mook no los necesita. En esta tierra la única presunción es el alarde insuperable de la naturaleza.
kohmook.info

 

 

Salar de Uyuni, Bolivia. 
El salar más grande que conoce el mundo es el de Uyuni en Bolivia. Con una superficie de más de 10 mil kilómetros cuadrados es una maravilla natural que encandila y cuando, en épocas de lluvia, en el suelo se refleja el cielo y se hilvanan en una envolvente postal donde es imposible determinar dónde empieza uno y termina el otro.

Este particular efecto es inmortalizado cada año en las fotos de los viajeros que son testigo de tan exótico fenómeno.

Cada tanto un vehículo 4X4 de aquellos que trasladan a turistas se cuela en el horizonte. Pero si de algo puede jactarse este lugar -además de su inusual belleza- es de su silencio, que invita a hacer una pausa, respirar profundo y devorar el paisaje no sólo con la mirada sino también con el espíritu.

Y es que, al ingresar al salar, se desvanecen las señales de celular y se limita la comunicación con el mundo exterior, en una invitación para conectarse con el paisaje que habla por sí mismo.

www.boliviaturismo.com.bo/salar-de-uyuni.php

 

 

Monte Fuji, Japón.
Nada como estar en un lugar cuyo idioma se desconoce para conectar con el entorno de otra manera, a través de un lenguaje más básico, que busca el entendimiento por encima de todo, y sumirse en la introspección.

Con 3.775 metros sobre el nivel del mar, el Monte Fuji es la cima más alta que ostenta Japón. Es considerado por muchos una obra maestra de la naturaleza.

En 2013, este volcán coronado de nieve y todo un símbolo dentro de la cultura nipona fue nombrado patrimonio mundial de la Unesco.

Ubicado en un entorno único, rodeado de lagos, el verano japonés es la temporada más recomendable para su ascenso. Sin prisa pero sin pausa y disfrutando de cada paso.

 

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