La situación es de pronóstico reservado. Las declaraciones del ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, en las que afirmó que “el único proyecto posible es el chavista, el único viable y posible”, deberían encender las alarmas en la MUD y en todo el país sobre cuál será el escenario del próximo 6 de diciembre si la oposición gana las elecciones parlamentarias por mayoría abrumadora, pues de lo contrario hay margen para posibilitar las triquiñuelas smarmatizadas del CNE. Con un oficialismo negado a aceptar resultados limpios, con una Fuerza Armada que no reconoce el triunfo de la oposición, el escenario no será otro que el de la violencia. Si llegamos al 6-D sin que se produzca un sacudón capaz de ser la excusa perfecta para suspender las elecciones y el gobierno esté dispuesto a contarse, no se puede prever sino un gigantesco fraude. Si el estallido social debido a la agobiante situación económica se produce antes de las parlamentarias, el gobierno lo aprovechará para no contarse. !Pueden jurarlo! El gobierno, al no dictar medidas para resolver la crisis y no satisfacer las demandas de la población en sus necesidades más básicas –alimentación, salud y servicios–, induce las condiciones para que la conmoción social se expanda por todo el país, como sucedió en San Félix y en la Guajira, darle un palo a la lámpara, perpetuarse en el poder e imponer el único proyecto que le es “viable”, según el ministro Padrino. No tengo dudas de que eso es lo que promueve el gobierno cuando permite la devaluación acelerada de nuestra moneda, que los alimentos y productos suban de una semana a otra en casi 100% y a veces más; cuando propicia el bachaqueo, que da de comer a tanta gente desempleada o que ganaba un salario mínimo sin posibilidad para la sobrevivencia. Esas hordas de bachaqueros que brotan como una tiña en el paisaje urbano seguramente depositarán su voto el 6-D a favor del oficialismo. Como no le queda otra alternativa, el gobierno hace unas declaraciones estentóreas contra esa actividad especulativa, pero los deja traficar con la necesidad de aprovisionamiento de los ciudadanos que no tienen tiempo para hacer colas porque cumplen horarios laborales, en su mayoría profesionales, que son los únicos que pagan impuestos al Fisco pero son humillados y hostigados, hasta que abandonen el país obligados por las graves circunstancias económicas, la falta de oportunidades para sus hijos y el miedo a ser secuestrados o asesinados por una delincuencia protegida por el gobierno, que la ha dotado de armas para “defender la revolución” e incluso beneficiado con la Misión Vivienda. Por cierto, las legiones de delincuentes que actúan con tal impunidad y ensañamiento, una gran cantidad en la población penal que sigue perpetrando crímenes y secuestros desde sus centros de reclusión, seguirán votando por el “único proyecto viable y posible” para continuar con la industria del crimen: el chavismo, madurismo o cabellismo. Sumemos también a los delincuentes de cuello rojo y a los enchufados que hacen negocios jugosos con el gobierno y podemos deducir que el oficialismo tendrá allí su verdadero voto duro. La indiscutible “alianza perfecta”. Con ellos y los pocos trasnochados de la vieja izquierda que hacen esfuerzos por mantener con vida las consignas revolucionarias, vaciadas de contenido tras la derrota histórica que significan los acuerdos Washington-La Habana, es que el dúo Maduro-Cabello pretende ganar las elecciones del 6-D. Todavía, ¡no les dan los números!
Tic tac
La grave salud de la madre del general Raúl Isaías Baduel fue el verdadero móvil para otorgarle libertad condicional.