Jeanette, esencial y discreta en la vida y campaña de Marco Rubio

Jeanette, esencial y discreta en la vida y campaña de Marco Rubio

MarcoRubioEsposa

Ella no quería ser la esposa de un senador. Pero lo retó a dar el paso al frente si estaba tan opuesto a Charlie Crist. Cuando él llegó al punto más bajo de sus dudas y decidió renunciar a la campaña, ella lo persuadió de que siguiera.

En la vida pública de su esposo, Jeanette Dousdebes Rubio se ha mantenido en gran medida en un segundo plano. Apareció sonriente en escena el mes pasado durante el lanzamiento de su campaña presidencial en Miami, pero no habló y parecía impaciente por que se acabara el espectáculo.

“Ella es la antítesis de Marco”, dijo Javier Manjarres, bloguero conservador que ha conocido a los Rubio desde la campaña al Senado del 2010. “Ella es muy apolítica, muy enemiga de las discusiones. A mí me da la impresión que ella preferiría que él estuviera en casa ayudándola con los niños, y con un trabajo normal de 9 a 5. Esto es muy estresante para ella”.

Pero esa mujer de 41 años, tan serena en público como tímida, ha estado jugando en privado un papel muy importante en la ascensión de Rubio, aconsejándolo de modo muy franco y echándose encima la responsabilidad de criar a cuatro hijos, a menudo como si fuese una madre soltera.

Dolida por el divorcio de sus padres, ella quería una vida estable para su matrimonio y tenía aspiraciones de hacer carrera más allá de una temporada en que fue cheerleader de los Dolphins de Miami. Lo que consiguió fue un esposo de insaciables ambiciones políticas que ha estado escalando posiciones desde que se conocieron, y que ha salido a la luz como uno de los principales contendientes a la Casa Blanca en el 2016.

Ahora la señora de Rubio, quien es hija también de inmigrantes, se prepara a entrar en batalla.

“Yo no creo que ella tenga dudas”, dijo su amiga, la representante estatal Jeanette Núñez. “Ella entiende la pasión de Marco. La gente dice que ella es callada y tímida. Pero ella es también una persona de principios fuertes. Si ella cree que algo está mal, lo dice, y Marco de veras le pide consejos”.

Las raíces de una relación

Su alianza pudo no haber tenido lugar de no haber sido por los tres meses que Rubio se pasó fiestando hace años.

El matrimonio se conoció en 1990 mientras Rubio estaba en el college y ella en secundaria. En su primera cita fueron a ver Robin Hood: príncipe de los ladrones. Para ahorrar dinero mientras estudiaba en la Universidad de la Florida, él le escribía cartas. Hacia 1995, la relación se había hecho difícil, y Rubio se dedicó a los placeres de la vida de soltero en Miami.

“Yo me fui a los clubes, y me encantó”, escribió en sus memorias, An American Son (Un hijo americano).

Una noche él fue a parar a un club de South Beach que cubría de espuma una sala llena de bailarines que se retorcían, cubiertos de sudor. “Me miré los zapatos. Se habían vuelto de un blanco perfecto”, recordó Rubio. “La espuma había decolorado de algún modo mis zapatos, que eran baratos y evidentemente de cuero falso… Salí del club y busqué el teléfono público más cercano”.

Sintiéndose un farsante, llamó a Jeanette, y luego un taxi. Se casaron tres años después. El extrovertido recién casado saltó al escenario con la orquesta de la boda, delante de 200 personas, y cantó A mi manera, de Frank Sinatra.

Rubio, quien se graduó en la Escuela de Derecho de la Universidad de Miami en1996, empezó a trabajar como abogado pero con el ojo echado a la política. Jeanette trabajaba como cajera de banco y se matriculó en una escuela de diseño de modas con objeto de hacer de eso su carrera.

“Llevábamos menos de un año de casados, y ella no estaba lista para tener un hijo todavía. Quería terminar la escuela, y estudiaba hasta tarde de noche”, escribió Rubio.

Más información en El Nuevo Herald.

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