Lluvias ceden y se inicia la reconstrucción en el norte chileno

Lluvias ceden y se inicia la reconstrucción en el norte chileno

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Las lluvias cedieron en las últimas horas en árido norte chileno, donde este viernes se iniciaban las labores de reconstrucción tras aluviones e inundaciones que dejaban un saldo de seis muertos.

Después de dos días de precipitaciones, el sol volvió a salir este viernes en la región de Atacama, 800 km al norte de Santiago, mostrando las secuelas de destrucción que dejó la crecida de varios ríos que arrasaron todo a su paso.





“Se está avanzando en normalizar la situación”, dijo este viernes la presidenta Michelle Bachelet, que prolongó su estadía en la zona para coordinar las labores de reconstrucción.

El abrupto desborde de ríos que por años permanecieron secos arrasaron con todo a su paso, dividiendo pequeños poblados en dos y arrastrando cientos de casas en poblados como Alto del Carmen, Tierra Amarilla, Chañaral, Diego de Almagro y Copiapó.

Hasta ahora, el gobierno cifró en seis las víctimas fatales y en 19 desaparecidos producto de las inundaciones.

Este viernes en un último reporte oficial, el viceministro del Interior, Madmuh Aleuy, dijo que un niño de 13 años murió electrocutado en la ciudad de Antogafasta, pero que su muerte no era posible atribuirla a las lluvias.

En cuanto a los albergados, sumaban 4.699 en la región de Atacama, 616 en la vecina región de Antogasta y 156 en la de Coquimbo.

“En la medida que vayamos despejando las rutas, las vías y las zonas anegadas, puede ser que tengamos una cifra superior de fallecidos o desaparecidos, pero esa es una contabilidad que haremos en el transcurso del día y en particular en la noche”, advirtió Aleuy.

 Labores de reconstrucción

Unas 100 máquinas retroexcavadoras trabajaban en Atacama en labores de apertura de rutas y despeje de caminos obstruidos por el paso de las aguas.

En varios lugares, en tanto, se recolectaban víveres para ir en ayuda de los afectados por las inundaciones.

“La gente lo perdió todo, la ciudad está a dos o tres metros de barro, se necesita agua y alimentos”, dijo a medios locales Maglio Cicardini, alcalde de Copiapó.

La zona permanecía bajo estado de excepción por catástrofe, al mando de las Fuerzas Armadas y con toque de queda nocturno.

 Un desierto inundado

Las lluvias caídas superaron ampliamente el promedio en una zona que arrastraba desde hace varios años una persistente sequía y que no cuenta con la preparación suficiente para afrontar estas condiciones climáticas.

En la región de Atacama se ubica el desierto del mismo nombre, considerado el más árido del mundo.

El agua que en promedio cayó en toda la región de Atacama equivale a un 20% de la que debía caer en todo un año en esa zona, con una intensidad inusual, que sería una manifestación del cambio climático, explicó a la AFP el meteorólogo Jaime Leyton.

Con un sol inclemente la mayor parte del año, muchas de las viviendas son construidas de material ligero, mientras que caminos y ríos no contaban con las contenciones necesarias. AFP

Fotos AFP