Si tuviera que volver a hacerlo, no habría hecho el episodio TS-19 (último de la primera temporada)”, afirmó Kirkman al portal The Hollywood Reporter. Durante este capítulo, el doctor Edwin Jenner (Noah Emmerich) le susurra a Rick (Andrew Lincoln) que todo el mundo ya está infectado.
Opinó que esa revelación llega en una etapa muy temprana de la ficción. “Es posible que se diera demasiada información, lo que generó un gran cambio en la serie muy pronto”, añadió Kirkman.
En los cómics, Rick y compañía se enteran de que todo el mundo está infectado cuando la hija de Tyreese (Chad L. Coleman), Julie, se suicida junto a su novio Chris. Cuando ambos se convierten en zombies sin haber sido mordidos por los caminantes, el ex sheriff encaja las piezas.
“Siento que podría haber sido una mejor forma de terminar la primera temporada”, explicó Kirkman. “Terminó siendo un episodio divertido. Me encanta el personaje del doctor Jenner y Noah hizo un trabajo increíble. Pero había cosas en ese capítulo que no parecen formar parte del mundo de The Walking Dead”, reveló el escritor y productor ejecutivo de la serie de AMC.
Kirkman también destacó que en el capítulo Jenner revela que no ha sido capaz de encontrar una cura pero que todavía hay unos científicos en Francia que se encerraron en sus laboratorios durante el brote.
“Probablemente habría cambiado las cosas”, explicó el creador. “He sido cuidadoso al no desvelar lo que está pasando en otras partes del mundo. Y esto es algo que va a ser divertido explorar en el spin-off. Pero el hecho de que Francia se mencione en este episodio y otros detalles… Si tuviera que hacerlo de nuevo no aparecerían”, añadió.
De momento, poco se sabe sobre el spin-off de The Walking Dead, salvo que tendrá lugar durante los primeros días del brote zombie en otras partes del mundo. El casting ya está en marcha y se estrenaría en 2015.