Juan Guerrero: Trincheras de libertad

Juan Guerrero: Trincheras de libertad

thumbnailjuanguerreroDel manifiesto de la Junta Patriótica Estudiantil y Popular, tomo esta frase para titular mi artículo. Revisando alguna que otra información de hace varias décadas, encuentro, entre tantos dolorosos recuerdos, la breve poesía de uno de los más de 50 estudiante asesinados en el primer gobierno de Rafael Caldera. Alexander Alzolay era su nombre.

“Hoy, mañana o pasado / Me marcho / ¿A dónde? No sé / Es largo el camino. / Se dice que se descansa / Después de la muerte / Pero yo creo que no vaya a descansar / Porque esta no era/ El tipo de muerte que esperaba”

Su único libro, La poesía en la calle, recoge el sentimiento de un joven vilmente asesinado por atreverse a escribir en las paredes de las calles caraqueñas, libertad para los presos y perseguidos políticos.





Ocurrió el 8 de diciembre de 1972, a las 3 de la madrugada. De ese tiempo a estos días han pasado más de 40 años. Y como un largo y doloroso clamor, la voz del poeta sigue reclamando justicia  ante tanta represión de gobiernos que maltratan, persiguen, encarcelan, torturan, asesinan y desaparecen a estudiantes y jóvenes venezolanos.

La voz del poeta sigue en estas jóvenes voces de estudiantes quienes alzan sus manos contra este régimen, que a sangre y fuego intenta aplastar una protesta que ya se ha convertido en rebelión popular y que ha encontrado solidaridad en la sociedad, en “los de abajo”. Ese pueblo que por años sigue estando despreciado por el poder de quienes procuran usarlos para perpetuarse, como sanguijuelas.

Ahora es evidente la clara intencionalidad de un modelo que fue diseñado a finales de los años 50s para alcanzar el poder del Estado venezolano y procurar su aniquilación. Si alguien duda de ello, recomiendo la lectura del libro Antes de que se me olvide (sic) de Alí Rodríguez Araque. Una larga entrevista que una periodista cubana realiza al viejo guerrillero venezolano.

En esas confesiones, Rodríguez afirma que el modelo que desarrolla el chavismo fue pensado y desarrollado después del derrocamiento de Pérez Jiménez y mientras se ejecutaba la lucha armada en Venezuela. Al saberse derrotados por el ejército venezolano procuraron infiltrase en las instituciones del Estado hasta esperar mejores tiempos.

Más adelante Rodríguez indica que se debe penetrar la industria petrolera venezolana. Esa estratégica industria es vital pues con su descomunal fuente de ingresos en dólares, se deben usar para corromper a los actores políticos y económicos, afectos u opositores del nuevo sistema.

Si en un principio los reclamos de esta generación de estudiantes fueron por seguridad personal, después se le fueron sumando otros, como la seguridad alimentaria y de medicinas. Después también las denuncias por censura a los medios audiovisuales. Así como también el derecho a la protesta. Todos ellos fueron sistemáticamente atropellados por un régimen personalista y objetivamente autoritario, que inmediatamente optó por lo más fácil: atropellar la protesta con represión, cárcel, tortura, asesinato y desaparición de estudiantes.

Ahora no se puede hablar de protesta. Ahora no se puede hablar de guarimbas. Ahora no se puede hablar de reclamos ni de diálogo.

Ahora estamos ante la presencia de barricadas donde estudiantes y demás población civil resisten la embestida de un régimen que usa la fuerza policial, militar y paramilitares contra el pueblo.

Ahora la población venezolana, ya casi sus tres cuartas partes, no reclama por la falta de insumos alimentarios o medicinales. Ahora exige la renuncia del presidente y de todo su entorno ejecutivo. Además del cambio de  autoridades de los demás poderes del Estado.

Ya no podemos hablar de cierre de calles, avenidas y autopistas. Ahora hay extensas zonas urbanas y algunas rurales, donde la población organizada asumió el control absoluto. Estados como Táchira, Mérida y Carabobo son áreas donde sus gobernadores y autoridades policiales y militares no tienen capacidad real para mantener el orden. Por ello son constantes, por la noche y madrugada, el uso de grupos asociales (tupamaros) para amedrentar a los vecinos.

Evidentemente que esta rebelión popular será larga y tendrá altibajos. Larga porque el daño a la piel social causado por el régimen ha sido profundo. Altibajos porque los protagonismos opositores clásicos van a ser desplazados por nuevos rostros donde los jóvenes, venidos de las aulas, se ganaron el derecho a escribir una página brillante en la historia de Venezuela.

camilodeasis@hotmail.com

@camilodeasis