Los últimos dos meses de este año transcurrieron para los venezolanos entre colas y estrés, lo que alejó el ambiente festivo y decembrino que en otros tiempos indicaban que se estaba terminando una época y que tenían los brazos abiertos para recibir una mejor. Muchos dudan que este 2014 sea menos negativo, al menos no en lo económico, publica Notitarde.
Aunque ya es costumbre ver a ciudadanos formados en filas para comprar o hacer casi cualquier cosa, entre noviembre y diciembre las personas han hecho largas colas, pero no para adquirir harina PAN, leche o papel tualé. Se han formado unas tras otras para adquirir, con desespero, bienes de consumo como electrodomésticos, ropa, juguetes y hasta herramientas tras las rebajas hechas por la aplicación de las “medidas económicas” que fueron anunciadas por el presidente de la República, Nicolás Maduro, el viernes 8 de noviembre.
Uno a uno los compradores se fueron congregando en las afueras de grandes tiendas de electrodomésticos, como lo es la cadena de productos Daka, que fue saqueada la mañana del sábado 9 de noviembre.
Para el psicólogo social y analista político, Axel Capriles, la reacción que están teniendo las personas ante las “medidas económicas” es consecuencia de los elevados puntos de inflación que impiden que los ciudadanos tengan acceso a estos bienes y servicios, de allí que al contar con algún dinero disponible, salgan desesperados a comprar, en un esfuerzo por tratar de salvar su capital o liquidez, impulsados además por la propaganda gubernamental, que mediante cadenas, ha exacerbado esta necesidad de consumo.
“La inflación de este año ha tomado a todo el mundo por sorpresa. Nadie se esperó que siguiera acelerándose de esa manera, entonces realmente las personas están desesperadas por tratar de salvar un poco el dinero que tienen”, explica.
Aunque menciona que la población venezolana en general está muy volcada al consumo y tiende muchas veces a sacrificar aspectos más importantes de su vida, como puede ser la educación y hasta la alimentación, la reacción que han tenido las personas está estrechamente ligada con que el poder adquisitivo ha caído por completo. “A lo mejor, la persona no necesita este producto, pero tiene un dinero y sale porque sabe que más nunca lo va a volver a encontrar a ese precio y lo compra”, afirma Capriles.