¿Dejar a la pareja o intentar remontar?

¿Dejar a la pareja o intentar remontar?

Dejar a la pareja o intentar remontar la relación, he ahí la cuestión. Muchos, en ocasiones, hemos llegado hasta ese punto sin saber cómo tomar la decisión correcta o acertada para nosotros. Continuar juntos o separados, la elección en ningún caso es fácil

Dicen que el enamoramiento tiene nacimiento, desarrollo y muerte y que después comienza una etapa en la que el deseo deja paso al amor, a la comprensión y al respeto. Muchas veces todo esto no es suficiente para ser felices con nuestras parejas y nos planteamos seguir con ellas o no.





De ahí surgen los primeros conflictos, inquietudes y dudas que al no permitirnos ser felices con nosotros mismos, nos impiden hacer felices a nuestra pareja. ¿Qué podemos hacer en este momento? La verdad es que no hay muchas salidas. De hecho, sólo existen dos caminos: dejar la relación o intentar devolver a la pareja su significado.

Madurez emocional

Una pareja adulta es aquella que tiene una madurez emocional. Es decir, que no tira la toalla a la primera de cambio por una mala etapa. Cierto es que existen períodos donde esas ‘malas rachas’ se suceden durante un largo tiempo entrando en una fase de crisis. En este momento es donde debemos coger al toro por los cuernos, es decir, enfrentarnos al problema.

En este conflicto debemos poner en una balanza las cosas que nos aporta no sólo la relación, también la pareja y nosotros a ella. Recuerda que si uno no es feliz no puede hacer feliz a los demás. En ocasiones, la infelicidad no es del todo motivo para dejar un noviazgo, pues hay otras peculiaridades como las dependencias (económicas o sentimentales) respecto a la otra persona.

Luchar por la pareja

Hemos decidido seguir adelante. Os dejo cuatro puntos que debemos tener en cuenta para relanzar la relación sentimental.

– Ponerse en el lugar del otro, es decir, no mirar la paja en el ojo ajeno. Ver qué hacemos nosotros mal y la forma en que esto perjudica a la pareja
– Dialogar sin gritar ni discutir, ya que lo único que conseguimos con esto es no escuchar a la otra persona y obcecarnos en nuestros intereses propios
– Llegar a un consenso mediante una serie de normas y parámetros (pasar más tiempo juntos, compartir hobbies…) para volver a afianzar las bases con las que se construyó la pareja
– Aprender de los errores para no volver a repetir los motivos por lo que se llegó a la crisis.

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