El líder opositor venezolano Henrique Capriles dijo el miércoles temer por su seguridad, luego de que el Gobierno lo acusara de incitar las violentas protestas sucedidas tras el triunfo oficialista en las elecciones presidenciales, mientras que Washington sigue indeciso sobre reconocer o no al nuevo mandatario, reseña Reuters.
Por Enrique Andres Pretel y Eyanir Chinea/ Reuters
La oposición exige un recuento total de los votos de los comicios en el que el heredero político de Hugo Chávez, Nicolás Maduro, resultó ganador con una pequeña ventaja de 265.000 sufragios.
Capriles había anunciado una gran movilización este miércoles para acompañar el momento en que su fuerza política presentará ante el árbitro electoral las miles de pruebas de irregularidades que asegura tener sobre el proceso electoral y exigir un recuento de todos los votos.
Pero canceló la marcha porque teme que el Gobierno infiltre personas para generar violencia.
Luego de que su residencia oficial fuera atacada en la noche del martes, Capriles escribió en su cuenta de la red social Twitter: “¡Cualquier cosa que me pase en la residencia oficial en Los Teques (de la gobernación de Miranda) hago responsable a Nicolás Maduro!”.
La fachada del inmueble amaneció pintada con leyendas de “Capriles fascista, asesino y golpista”. Se esperaba que más tarde en el día se congreguen en el lugar simpatizantes de los dos bandos.
El dirigente opositor Leopoldo López denunció que el Gobierno ha emitido órdenes de captura para él y Capriles. Pero el Gobierno no hizo comentarios sobre esa denuncia.
Maduro y varios funcionarios del Gobierno repiten que Capriles tendrá que responder por los actos vandálicos de sus seguidores, en los que murieron siete personas, varios dirigentes socialistas fueron acosados y quemaron sedes del partido oficialista, centros médicos y supermercados estatales.
Ambos bandos se acusan de infiltrar mercenarios en las manifestaciones del otro para provocar el caos y ninguno ha mostrado señales de querer ceder a los reclamos.
Capriles ha dicho que no reconocerá a Maduro como presidente y Maduro insiste en que los resultados son certeros y no harán el conteo manual de la votación, lo que ha trancado el juego político en un país completamente polarizado.
“Soy un hombre de paz y de palabra, ordené al Sebin (servicio de inteligencia) mantener la protección al excandidato de la derecha, a pesar de que botó a quienes lo protegían (…) Llamo al pueblo a aislar los fascistas y violentos donde estén, y a la justicia a castigar los crímenes cometidos y los destrozos. Paz, paz”, escribió Maduro en su cuenta de Twitter.
Maduro, ungido públicamente por Hugo Chávez para liderar la revolución socialista tres meses antes de morir, tiene previsto jurar el cargo el viernes tras imponerse con el 50,8 por ciento de los votos, frente al 49 por ciento de su contendor, según divulgó la autoridad comicial.
Washington indeciso
John Kerry, secretario de Estado de Estados Unidos, dijo que Washington no ha decidido si reconocerá a Maduro como presidente electo y que todo dependerá de la resolución de la disputa sobre el recuento de votos.
El presidente de la Asamblea Nacional y dirigente oficialista Diosdado Cabello ya había invitado el martes a Estados Unidos a “guardarse la lengua en el bolsillo”.
Las tensiones en el país petrolero han puesto en guardia a los mercados y los analistas, que insisten en la necesidad de urgentes medidas para impulsar una economía golpeada tras una fuerte devaluación que está avivando la inflación y con crecientes desequilibrios fiscales.
La deuda venezolana empezó a caer estrepitosamente desde principios de la semana tras los sismos políticos. El bono de referencia venezolano con vencimiento al 2027 perdía 3,9 por ciento de su valor el miércoles hasta 91.663-93.313.
El índice de riesgo país continuaba su avance el miércoles para ubicarse en 891 puntos.
Irregularidades
La oposición seguirá adelante con su plan para impugnar el resultado, asegurando que existen inconsistencias entre los sufragios registrados en las máquinas de votación electrónica y los contabilizados efectivamente por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
En su discurso luego del triunfo del domingo, Maduro dijo estar dispuesto a realizar el recuento, pero luego cambió el tono y amenazó con quitar los recursos a las tres gobernaciones en manos de la oposición que todavía no lo reconocen presidente.
El jefe del Parlamento, Diosdado Cabello, dijo que retirará el derecho de palabra a los diputados que no acepten la victoria de Maduro, en una tensa sesión en la que los dos bandos se insultaron y se acusaron mutuamente de buscar un baño de muerte entre gritos de “cobardes” y “asesinos”.
Reuters